Cuando empecé a valorar la idea de juntar a mi antigua banda y grabar un disco, allá por el mes de noviembre del pasado año, sin duda tenía una enorme necesidad de expresarme fuera del ámbito profesional en el que lo suelo hacer. Desde muy joven había escrito canciones y mejor o peor, esa forma de expresión había funcionado como un vehículo con el que mostrar mis inquietudes. En otras palabras, era una manera de romper el aislamiento emocional en el que se nos educa.
Un día dejé de hacer canciones, aunque no del todo pues siempre he seguido componiendo, a veces para otros, como en el caso del disco en solitario de Pablo Puyol "Déjame", en donde compuse ocho de los temas del disco y a veces para mí en proyectos inacabados que quedaron encerrados en el baúl del olvido. Eso sí, cada vez lo hacía en intervalos de tiempo más dilatados.
Sin embargo, con A Media Distancia, llegado un momento en lo profesional en el que me siento bastante realizado, no estaba dispuesto a dejar las cosas como estaban. Seguramente mis compañeros de grupo desconocían que en mi cabeza nunca se había extinguido la posibilidad de un reagrupamiento para terminar un trabajo que durante un periodo de tiempo ya lejano fue el epicentro emocional de nuestras vidas. Siempre le di vueltas a la idea de que aquella formación nuca tuvo una reunión en la que se determinara su disolución. En realidad un día, al finalizar un ensayo, cansados, después de una aventura discográfica que terminó en nada, contribuyendo a secar el pozo de las ideas, cerramos la puerta del local sin poner fecha y hora para el siguiente ensayo. Y ahí terminó todo.
Mucho han cambiado las cosas. Cada uno de los componentes de aquella aventura hemos seguido nuestros pasos, como ya expliqué en un post anterior titulado “A Media Distancia”. Justamente el día que escribí aquel post, había hablado con mis compañeros de banda sobre la posibilidad de financiar la grabación del disco a través de un nuevo invento que la globalización y las nuevas tecnologías ponen a nuestra disposición: el Crowdfunding.
Realmente, el Crowdfunding, no deja de ser una nueva modalidad de lo que durante siglos se ha llamado mecenazgo. La peculiaridad de esta interesante modalidad es que ya no se necesita precisamente a un Medici del Renacimiento o cualquier otro potentado mecenas dispuesto a invertir una cantidad elevada de dinero en un artista (aunque nunca vienen mal) sino que es el público al que va dirigido el producto el que invierte pequeñas cantidades de dinero (hay quien ha aportado cantidades elevadas) para ayudar a la realización de proyectos artísticos o culturales. Es decir que ahora, en mayor o menor medida, cualquiera puede ser un Medici.
Yo escogí Verkami porque un amigo me había hablado de su existencia. Me daba confianza el tipo de proyectos que presentaban y después de hablar con uno de sus responsables lo tuve claro.
Sin embargo mis compañeros de A Media Distancia no las tenían todas consigo y si os soy sincero, yo tampoco. Me habían aconsejado solicitar una cantidad inferior de dinero, pero el hecho de no querer llevar el proyecto a ninguna discográfica nos obligaba a invertir la totalidad del presupuesto de grabación de nuestros propios bolsillos, así que me arriesgué, porque esa era la única forma de plasmar en un disco lo que yo tenía en la cabeza sin la intervención de terceros con el pretexto de convertir el Rock de AMD en un producto edulcorado de consumo exprés, como más o menos suena hoy en día la música de nuestro país (Desde luego hay loables excepciones pero se pueden contar con los dedos de una mano)
Debo reconocer que aún hoy después de haber alcanzado (y pasado) el objetivo de los 6.000 Euros, me parece increíble que haya tanta gente generosa capaz de confiar en un proyecto en el que se les pide simple y llanamente dinero. De ahí la estupefacción que han mostrado durante todo este tiempo mis compañeros de AMD.
El primer día de proyecto Verkami, más concretamente las tres primeras horas, mientras grabábamos en el estudio, veíamos entre ilusionados y sorprendidos cómo alcanzábamos los dos mil euros. Agus, el guitarra, no podía dejar de mirar la pantalla de su teléfono y sonreir mientras decía: “qué fuerte”.
Pero para mí, lo mejor de todo este periodo de cuarenta días de Verkami, ha sido la cálida sensación de apoyo que he recibido por parte de los que tan generosamente han apostado por el proyecto de AMD. Se trabaja diferente sabiendo que las horas invertidas tienen un fin determinado y sobre todo uno siente que el apoyo recibido por parte de toda esa gente, su generosidad, sus ganas de escuchar nuestro trabajo, se transforma en una energía brutal que acaba impregnándolo todo en el estudio.
Puedo asegurar que el disco, sin esa energía no sonaría igual, hasta el punto de que he llegado a pensar que aquellos que han aportado su ayuda al proyecto son tan autores como yo de las canciones que suenan y sobre todo del resultado final del disco.
Para terminar, quiero agradecer, desde lo más profundo de mi ser la confianza que habéis depositado en mis compañeros y en mí y no sólo en el plano económico, sino también por todas esas muestras de apoyo mostrado a través de los innumerables mensajes que me habéis hecho llegar.
Querría agradecer especialmente a los productores ejecutivos de este disco su ayuda y consejos: Alfonso Casado, Jean-Pierre Vidal, César Cisneros y Carlos Kieffer.
Con tanto apoyo y cariño (sois ochenta y cuatro los mecenas del disco) es un poco más fácil la vida, pues sé que a pesar de lo duro que en ocasiones es el camino, A Media Distancia, Jordi, Agus, Dani y yo, no estaremos nunca más solos. Nos respaldan los Medici del S. XXI
Gracias.
Salud amigos.