Adiós a Los Miserables

Queda menos de un mes para que termine el musical del cual su eslogan rezaba: "Más que una leyenda". Desde que la productora Stage anunció el fin de "Los Miserables" han sido inumerables los mensajes y peticiones para que el que muchos consideran el musical de musicales, o como proclamaron otros, el mejor musical jamás visto en España, continúe en Barcelona o bien se traslade a Madrid.

Cuando uno trata de entender por qué un montaje así, con las inmejorables críticas recibidas y la más que notable acogida por parte del público, se despide a mitad de temporada, acaba por creer que no entiende nada.

Y evidentemente así es, porque sólo el productor del espectáculo sabe lo que le cuesta mantenerlo en cartel. Por eso no dudéis de que si fuera rentable tenerlo en marcha otros seis meses, la imponente marquesina del BTM seguiría luciendo esplendorosa el título más exitoso de la historia del musical.

De entrada habría que diferenciar el adiós del show sucedido en Madrid y el sucedido en Barcelona. En Madrid "Los Miserables" se planteó como compás de espera a la llegada de "El Rey León" (ojo, no como segundo plato. Sencillamente se trataba de una hábil estrategia comercial y a mi modo de ver muy acertada), razón por la que ni siquiera el incontestable éxito logrado fue suficiente para que esta producción continuase mostrándose en la capital, aunque de haber habido un teatro para "Los Miserables" en Madrid (que no lo había) este show no habría emprendido la siempre arriesgada (descabellada si se quiere) aventura de exhibirse en Barcelona, eso seguro.

Lo cierto es que el éxito de "El Rey León", que va camino de convertirse en un hito dentro de la historia del Teatro Español (y que dure) deja al descubierto el rotundo acierto por parte de Stage en el cambio de cromos en la cartelera del Lope de Vega.

Barcelona ya es otro cantar. El riesgo que corre una producción, venga o no precedida de éxito, sobre todo si ésta procede de Madrid, es un argumento de sobras conocido por los productores. Pero además la experiencia catalana de "Los Miserables" ha dejado al descubierto una evidencia que algunos intuían: la constatción de que la crisis económica (y el estado de ánimo que ésta provoca) se puede llevar por delante hasta el mítico musical de Schönberg. Si a esto se le suma el antipático recinto del Palau dels Esports reconvertido en teatro de desconcertante nombre, BTM, que ni siquiera los barceloneses que viven alrededor del mismo parecen conocer hasta que uno utiliza su antiguo nombre, tenemos como resultado el triste final de una de las producciones más vistosas de los últimos tiempos en nuestro país. (BTM. Barcelona Teatre Musical. Nunca entenderé este orden. Lo lógico sería Teatre Musical de Barcelona, digo yo. Claro que esto coincide con "Transport Metropolità de Barcelona" y podría llevar a confusión. Uf, sólo le faltaba esto a tan desafortunado lugar. Aunque hay quien vaya más allá en el sinsentido llamando "BTN" al infausto garito. Dejémoslo pues como está, BTM, total nadie lo llama así).

Hay que decir que por parte de la productora Stage, que ha cumplido el propósito anunciado en su día de mantener seis meses "Los Miserables" en Barcelona, se ha hecho todo lo posible por alargar la vida del espectáculo, con campañas de publicidad y promociones, por lo tanto aquello que se ha insinuado en algún que otro foro sobre la poca disponibilidad de la productora para mantenerlo en cartel puedo asegurar que es falso. (Suerte tienen los amantes del género de la apuesta que en general hace esta productora por traer títulos de prestigio a nuestro país porque si no… buff). A nadie le gusta tener que cerrar la paradita. El único motivo por el que se cierra una producción teatral (y no teatral también) es el imperativo económico. Hablando claro: si no se venden las entradas suficientes para poder mantenerse se echa el candado y a otra cosa.

No negaré que tenía más esperanzas sobre el interés que suscitaría "Los Miserables" entre mis paisanos. No les culpo, sin embargo, por el final de este montaje. Es muy posible que en Barcelona la gente que acude al Teatro prefiera otros géneros y eso no es criticable (lo digo porque también se ha dicho que los Barceloneses no valoran el Género Musical. Nada más lejos de la realidad. Todo el mundo sabe que Barcelona fue cuna del género en España. Lo que pasa es que una cosa es valorar y otra bien distinta es preferir). Como muestra un botón: el pasado mes de septiembre se presentaron en Barcelona los musicales "Forever Young", "Pegados", "Grease", "Cop de Rock" y "Los Miserables". Se dijo entonces que el género musical estaba de moda en Barcelona hasta el punto de que en varios medios de comunicación se llegó a asegurar que Barcelona le había arrebatado a Madrid el liderazgo en la producción de musicales. El tiempo se ha encargado de constatar otra realidad: han bastado seis meses para que todo vestigio de musical en Barcelona haya quedado reducido a escombros, desmintiendo a aquellos osados medios, mostrando la más certera realidad de que Madrid está a años luz de Barcelona en la producción de este tipo de espectáculos y, por lo que se ve, así va a seguir siendo en el futuro. (Por suerte para los amantes del género en Barcelona aún queda "La Vampira del Raval", que por lo visto va viento en popa, de lo cual me alegro, por su autor y por la estupenda compañia que integra este musical que aún no he podido ver).

A mí, particularmente me queda una pequeña duda (o grande, según se mire) que no es otra que saber qué hubiese pasado si "Los Miserables" hubiera ido a otro teatro de Barcelona, aunque lo cierto es que esto es anecdódico ya que por la envergadura de su escenografía no había posibilidad de montarlo en otro teatro más que en el BTM (si consideramos al BTM como un teatro. O sea aceptamos pulpo como animal de conpañía).

Así pues, "Los Miserables", después de haberse mostrado en el Teatro Lope de Vega de Madrid con un éxito rotundo y de haber sido el espectáculo que más entradas ha vendido en Barcelona en el 2011 (y esto a pesar de haber estado en un lugar infame, al que particularmente le deseo que el ayuntamiento de dicha ciudad tenga la feliz idea de dinamitarlo para construir algo más útil y agradable como por ejemplo un parque con estanque y patitos a los que echar "pan de ayer" mientras podamos seguir comiendo "pan de hoy", claro está. Lo que está claro es que Teatro y BTM deberían ser considerados como un ejemplo de oxímoron) bajará el telón definitivamente el próximo 18 de Marzo.

Por eso, yo desde aquí animo a aquellos que aún no hayáis podido ver "Los Miserables" a hacerlo, porque cuando dentro de un tiempo veamos la cartelera de este país, más de uno se acordará de que tuvo la ocasión de ver este magnífico montaje (no porque esté yo, lo es como montaje en sí) y no lo hizo. Entonces ya será tarde y no le quedará otra, si quiere disfrutar de la maravillosa partitura de Schönberg, que comprar un billete de avión para ver lo que un día tuvo a tiro de piedra. Eso sí, en Londres podrá ver a Gerónimo Rauch como Valjean.

Para mí, como para todo el mundo, la vida continúa. Me queda el orgullo, eso sí, de haber interpretado a uno de los personajes más emblemáticos del Teatro Musical y la sensación de que este personaje me ha ayudado mucho en mi carrera, así que sólo puedo estar agradecido por la oportunidad que se me brindó después del proceso de casting más complejo de cuantos haya pasado. Por eso, gracias Javert, te llevaré siempre dentro (Aunque lo de la porra y el puenting lo dejo para otros, no es lo mío, a pesar de que en escena dicen que resulte bastante creíble).

Por último decir que las opiniones aquí expresadas no son más que eso, opiniones, y como tal son absolutamente discutibles y supongo que poco certeras (y más viniendo de alguien que últimamente se ganaba la vida con una chistera y proclamando que él es la Ley).

Salud amigos.

 

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