Cuando en febrero de 2011 empecé a escribir en Teatro a Teatro (TAT) no podía imaginar lo que esto supondría para mí. Hasta entonces era un actor que más o menos era conocido por su trayectoria profesional y poco más.
Fue Óscar Herranz, el responsable y creador del portal quien me convenció de la idoneidad de escribir en un blog sobre lo que me viniera en gana. Yo, ignorante en aquel entonces de todo lo relacionado con las redes sociales (ahora no soy mucho menos ignorante en la materia) pensé que por escribir un par de reseñas sobre algunos asuntos no perdía nada. No tenía, pues, ninguna intención de convertirme en blogger ni en nada por el estilo, pero la propuesta de TAT, coincidía con el estreno de Póker de Voces y esa se me antojaba una buena forma de dar publicidad al proyecto que por aquel entonces empezábamos.
Sin embargo, enseguida le cogí el gustillo a escribir en mi blog.
Ya sea por necesidad, por diversión, tal vez para hinchar el ego o por debilidad (¿por qué no? La debilidad también es fuente de inspiración) sin darme cuenta han sido ciento seis los post que he escrito. En ellos he podido mostrar algunas facetas de mi personalidad y de mi pensamiento que de otra manera, habrían quedado ocultas tras mi actividad principal sobre los escenarios. TAT me dio la oportunidad de ir más allá, mucho más allá y unas veces con acierto y otras sin él, pero siempre de manera honesta, escribí sin cortapisas sobre todo lo que me vino en gana.
Así mismo, debo reconocer que de no haber sido por Óscar Herranz, no habría llegado a conocer a Esther Santos Tello, quien al leer mi texto “El Plan”, que hasta aquel entonces estaba metido en un cajón, no dudó en ponerse manos a la obra para que viera la luz y tuviese su lugar en las librerías de este país y como consecuencia, su estreno en teatro, el cual está previsto para la próxima temporada, no tendría lugar. Por ello tengo que agradecerle la oportunidad que me brindó Óscar, pues son muchas las cosas positivas que se han derivado de mi intensa colaboración en TAT.
Pero ese mismo impulso que me llevó a escribir durante estos tres últimos años tiene que encontrar otros derroteros, evolucionar en otras direcciones, explorar nuevos campos y por ello tengo que anunciar, con agridulce destemplanza, la despedida y cierre de mi blog en Teatro a Teatro, donde, repito, he sido inmensamente feliz y afortunado.
Habrá quien piense que me equivoco, pero yo creo que este es el momento de bajar la persiana, con cariño, a una etapa de mi vida muy satisfactoria.
Habéis sido muchos, muchísimos, a lo largo de este tiempo, los que os habéis tomado la molestia de entrar en alguna ocasión en mi blog, cerca de la mareante e impensable cifra de dos cientos mil toques en tres años, que se dice pronto. Si me lo hubieran dicho al principio de esta aventura habría pensado que quien me lo decía estaba loco de atar. Por ello gracias a todos y a cada uno de los que habéis premiado mis textos con un simple me gusta o incluso habéis tenido el detalle de hacer algún comentario al respecto. Que sepáis que los leo todos, de cabo a rabo.
No quiero dejarme nada en el tintero, así que si alguien se ha sentido ofendido por alguna de mis opiniones le pido mis más sentidas disculpas, en realidad (casi) nunca fue mi intención. Reitero mis agradecimientos en general a quienes en alguna ocasión habéis tenido la paciencia de entrar en mi blog, ya no digamos a los que lo habéis hecho con asiduidad.
Una puerta se cierra y otra se abre, o mejor dicho una puerta se queda entornadilla y otra se abre.
A dónde iré, no es momento aún de revelarlo, ya que faltan algunos flecos por cerrar, así que lo haré público a su debido momento a través de las redes sociales (esas, que de no ser por mi ángel de la guarda, Esther Santos, se me resistirían como una fortaleza espartana) y mientras tanto, descansaré unas semanas para entregarme de lleno a terminar la comedia que estoy escribiendo y a preparar la futura dirección de “El Cíclope”.
Como seguro que os echaré de menos, espero no tardar demasiado en sentarme a escribir en mi nueva casa, que también será la vuestra.
Otra vez gracias a Óscar Herranz, a su Teatro a Teatro y a los que aquí me leéis, hasta pronto. Ha sido un placer.