Ayer estuvimos en los Teatros del Canal viendo “Bésame mucho, el musical de las pasiones”. Este espectáculo se estrenó en La Habana el 12 de agosto de 2010, y ahora gira por Europa y se ha representado en el Teatro Coliseum de Barcelona del 19 enero al 27 de febrero y en los Teatros del Canal de Madrid del 9 de marzo al 3 de abril.
Lo primero que tengo que decir es que de nuevo, se han vuelto a equivocar al clasificar el espectáculo: Esto no es musical. Le faltan varios de los elementos imprescindibles para considerarlo un musical, por ejemplo, ¿Dónde está el guión? Yo os lo puedo resumir completo en tres frases:
“Una pareja de enamorados, el chico no es aceptado por la familia de ella. Ella se va a España con una beca dos años y el “tontea” con otras. Ella vuelve, y se casan”.
Y eso es todo. Me gustaría ver cuantas frases hay en el escaso libreto…
Otro aspecto olvidado por los creadores del musical, los personajes. ¿Qué pasa con la vida de los otros 15 personajes? ¿Qué importancia tienen en la historia? ¿Quiénes son? ¿Cómo se llaman? Durante el espectáculo veo salir actores y bailarines a escena, uno tras otro, pero nunca sé si es otro personaje, o es el mismo que se ha cambiado de vestuario. Como no sé su nombre, ni la relación entre ellos, mi imaginación crea esos vínculos cuando puede. Porque hay casos, como el personaje “Drag Queen”, que no sé si es un mismo personaje travestido, o es que el bailarín en cuestión hace diversos papeles.
El vestuario es otro de esos elementos que eché en falta. No por falta de vestuario, sino por mezclar un cuidado vestuario en unos números, con otro absolutamente vulgar. Por ejemplo, ese barrendero (con la escoba verde menos creíble que he visto en vida…) ¿Qué ropa lleva ese barrendero? Una camiseta, un pantalón cortado sobre las rodillas, unas zapatillas y una gorra. Vamos, que si me dicen que después del espectáculo sale a tomarse una cerveza así, me lo creo perfectamente. ¿Tan difícil era ponerle mono de trabajo aunque sólo fuera por dotar al personaje de identidad?
Son varios los personajes cuyo atuendo deja mucho que desear, y es una pena, porque no podemos olvidar que aunque nuestro espectáculo esta basado en una época actual, tenemos que construir y vestir los personajes de forma es-pec-ta-cu-lar. Es decir que me llame la atención. Me vienen a la memoria esas cazadoras rojas de “Hoy no me puedo levantar” o esos bohemios de “We will rock you”. Ropa contemporánea… pero que me hace sentir que el responsable de vestuario ha cuidado y pensado hasta los pequeños detalles. Las mujeres del espectáculo está mejor vestidas. Los hombres…
Lo mismo que la escenografía, que en principio me gustó (a pesar de sus faltas de ortografía…) pero en el segundo acto me aburrió, ya que esperaba que me dieran mucho más juego con todos los elementos (sillas del restaurante, banco, farolas, escaleras…) y en cambio el único elemento dinámico que salió fue un carrito de venta ambulante, y dos plataformas desgastadas. Por cierto, ojo con el tendedero de la planta superior, que hace tanto ruido que a veces no permite oír adecuadamente.
Por último, lo más importante, la música. La historia es contada con más de 30 temas musicales (no originales, como dice la web…) interpretados bajo la dirección musical de Saul Valdés, fantástico con su saxo, por cierto. La mayoría son boleros clásicos como "Perfidia", "Contigo aprendí", "Quizás, quizás, quizás", "Toda una vida", "Solamente una vez", arreglados musicalmente con bases más contemporáneas como el hip-hop, la bachata o la salsa.
En definitiva, un espectáculo, que cuidando más estos detalles, puede llegar a ser un buen espectáculo, ya que tiene muy buenos bailarines, y buenos músicos con un buen directo, y elementos en potencia suficientes para aportar mucha alegría, mucho ritmo y mucho espectáculo. Personalmente se me hizo atragantó un poco tanta musica caribeña y tanta percusión, pero he reconocer a todas las mujeres que iban en mi grupo les gustó, y se quedaron con las ganas de bailar más.
Para terminar: Por favor, vo-ca-li-zad. Para los que nunca han estado en Cuba, es muy difícil seguiros. Hablad más despacio. Haced pausas. Y no dejéis de sonreir.