Crítica de «Los vecinos de arriba»

CRÍTICA: Desde 26 de abril, en el Teatro Bellas Artes de Madrid

Cesc Gay ha escrito y dirigido una comedia ácida e inteligente de la vida en pareja con Eva Hache
Cesc Gay ha escrito y dirige una comedia ácida e inteligente sobre la vida en pareja con Eva Hache, Xavi Mira, María Lanau, Andrew Tarbet

Resumen

"Los vecinos de arriba"

Reparto: Eva Hache, Xavi Mira, María Lanau, Andrew Tarbet
Autor: Cesc Gay
Dirección : Cesc Gay
Producción: Elefant, Focus y Pentación Espectáculos
Teatro Bellas Artes de Madrid.

El debut de Cesc Gay en el teatro es una comedia amarga y optimista, divertida e irónica, inteligente y certera, sobre la vida en pareja. El director de “Truman”, uno de los cineastas más estimulantes de la cinematografía española, no ha elegido un tema novedoso o una historia en la que poder mostrar la originalidad de su mirada y de su estilo, sino un asunto convencional y unos personajes tan imperfectos como entrañables. “Los vecinos de arriba”, sin embargo, no resulta vista ni redundante; se despliega como un artefacto cómico fresco y bien escrito, en el que hay la dosis justa de artificiosidad y bastante de vida, y conflicto, reales.

Sinopsis de "Los vecinos de arriba"

Una noche Ana y Julio invitan a cenar a sus vecinos Gloria y Brian para enseñarles el piso y agradecerles la ayuda que les dieron cuando se instalaron en el edificio. A medida que pasa la noche, Ana y Julio van descubriendo las tendencias sexuales de sus vecinos, hecho que les lleva a replantearse su propia relación de pareja, que está llena de reproches e inmersa en una monotonía. El enfrentamiento con los vecinos y entre ellos dos, les llevará al límite y les hará tomar decisiones definitivas sobre su relación.

Los vecinos de arriba

Ana y Julio son la mezcla de cariño y reproches en que el tiempo convierte a algunas parejas. Ella ha invitado a casa a los vecinos de arriba para agradecerles su ayuda durante la reforma de su piso (muy bien recreado en la escenografía de Alejandro Andújar), pero la idea no le gusta a él. Inicia diversas maniobras dialécticas para conseguir que su mujer suspenda la invitación, pero solo logra que los espectadores sepamos que las cosas no van bien entre los dos.

Cuando la visita hace sonar el timbre, Julio y Ana ya están en guerra fría: él quiere sacar durante la velada el tema de los gritos orgásmicos de sus vecinos, a ella la idea le espanta. Los dos se verán superados por los acontecimientos: los vecinos de arriba son una pareja liberal, que vive el sexo de manera desprejuiciada, que sacará el tema de los ruidos y que les ofrecerá un intercambio de parejas. Ahí es donde la estabilidad precaria de la pareja comienza a desmoronarse definitivamente.

Ahí es, también, donde se embala la comedia. El juego con la perplejidad que sienten Ana y Julio ante el relato desinhibido de sus vecinos saca un tanto de punto el verismo del texto y también multiplica las risas. Al fin y al cabo, las posturas sexuales se prestan mucho mejor a la carcajada que las frases crueles con las que Ana y Julio han venido castigándose cordialmente durante buena parte de la función; un extenso catálogo de réplicas y contrarréplicas amargas y afiladísimas con el que Cesc Gay muestra una magistral habilidad para el humor ácido.

Y su precisión, bien como autor de un texto de estructura nítida y fases equilibradas, bien como director de un montaje en el que aparentemente no está, aunque esté en cada cambio de ritmo y registro del mecanismo cómico de “Los vecinos de arriba”.

En ese mecanismo son una pieza fundamental Eva Hache y su personaje Ana (Interpretado por Ágata Roca, mujer de Cesc Gay, en la versión en catalán, y por Candela Peña durante la temporada pasada). Ana es, con su pavor a quedar mal, con su cansancio de mediana edad, con su brega frente al sarcasmo de su marido, el catalizador del humor y las verdades del montaje. Es el personaje más definido y Eva Hache, que refleja un persona más comedido e inseguro a los que nos tiene acostumbrados, hace con él un trabajo notable, una curiosa mezcla de estupor, liberación y esperanza.

También notable es el desempeño de Xavi Mira como Julio, un personaje tan irónico como inseguro, tan cansado de sí mismo que apenas si acierta a demostrar amor, para el que el actor gana humanidad y un poco de perdón por sus barrabasadas verbales.

María Lanau y Andrew Tarbet, a buen nivel ambos, se engranan a la perfección como esa pareja pensada para ser el fogonazo de diferencia que unas veces nos rompe y otras nos anima a cambiar.

"Los vecinos de arriba" es una comedia que tienes que ver, sí o sí.

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