Postales para un niño.
Teatros Luchana de Madrid.
Dirección: Pepe Galera
Dramaturgia: Creación colectiva
Reparto: Jose Antonio Sotillo, Mª Carmen Pérez, Michael O`Dea, Francisco Llopis, Fulgencio Egea, Lucio García, Enrique López, Mª Luisa Tárraga, Alba Carrillo y Pepe Villena
Psicólogos y Coach: Mª José García y Gabriel González
Voz en off: Nicolás Andreo
Producción: Fundación Jesús Abandonado de Murcia
Duración: 60 min
Edad: a partir de 10 años, obra de teatro familiar
Crítica de Javier Torres
La Fundación Jesús Abandonado presenta en los Teatros Luchana de Madrid la obra de teatro “Postales para un niño” cuya autoría es de creación colectiva. Compañía de Teatro Más. Llevado a escena y dirigido Pepe Galera.
Son poco más de 60 minutos muy intensos en los que el espectador se ve sacudido por la fuera narrativa y discursiva de los personajes que son interpretados por Mª Carmen Pérez, Michel O´Dea, Francisco Llopis, Fulgencio Egea, Lucio García, Enrique López, María Luisa Tárraga, Alba Carrillo, Pepe Villena y Jose Antonio Sotillo. Todos ellos rebosan fuerza interpretativa y una intensidad inaudita en cada palabra, en cada gesto, en cada mirada.
Teatro de actualidad y espectáculo inclusivo. De actualidad porque el tema que trata es de rabiosa y dolorosa actualidad y es inclusivo porque en el mismo tienen cabida todas las edades, todos los géneros y todos los momentos vitales por los que pasamos y se ofrece abierto para todos los públicos. El espectáculo empieza con silencio, con apenas una luz cenital y permite que el espectador haga pausa, se serene, espere y perciba. Es un trabajo inicial muy necesario para el disfrute más hondo que está a punto de comenzar.
Alguien parece emerger de entre el público, parece un espectador más. Es un hombre mayor que utiliza bastón. No habla. Sube a escena, se gira hacia nosotros. Se para. Nos mira firme pero tiernamente, nos interpela, tal vez nos pregunta y se pregunta, mueve su bastón y lenta y parsimoniosamente se sienta. Se sienta como nosotros estamos sentados y desde esa posición central se expresa y se duele y escribe una postal para un niño en la que resume su mensaje “Ven, te necesito”. Un niño encuentra la postal y a partir de ahí emprende innumerables peripecias y encuentros en los que despliega una fabulosa energía y muestra voluntad, apasionamiento y la ilusión desbordante que sólo un niño con un propósito decidido puede tener.
El recorrido vital de este niño le llevará a transitar las experiencias de “seis personas que te encontrarías en la Tierra” para finalmente encontrarse a la última de ellas y que nos es ya tan familiar al público porque es la que ha permanecido siempre con nosotros y que ha salido del mismo patio de butacas, la que siempre estuvo ahí y con la que termina su aventura.
En este tránsito entre personajes el niño descubrirá las emociones más hondas del alma humana y pasará de lo triste a lo cómico, de lo anodino a lo extravagante y hasta esperpéntico con personajes histriónicos o encerrados en un bucle o tiernos y melancólicos. Todo ello envuelto en un aire familiar, cercano pero también fantasmagórico pues el escenario se ve en ocasiones recubierto de un humo onírico que parece fluir y jugar entre el presente y el pasado.
Los actores, cada uno en su momento de gloria, tienen una fuerza honda y penetrante que sin duda proviene de un trabajo personal previo, una inmersión en la profundidad del ser de cada uno desde donde van a mostrarse y participar en esta aventura que les llevará a encontrarse con este niño ante el que se ofrecen auténticos y reales y también generosos con lo que le comparten y nos comparten a todos los presentes. Se desnudan sin pudor y nos permiten admirar la belleza de su interior pues cada uno supone un avance más en esta maravillosa experiencia que todos compartimos con el niño de la historia.
La historia tan íntima y personal de cada uno se convierte precisamente por ser tan auténtica en una historia compartida, en una historia de todos. Una historia en la que el espectador se va también identificando y perdiendo máscaras, perdiendo así el miedo al exterior, el miedo a lo que pueda pasar o puedan pensar porque todo ello será necesario para que el niño llegue finalmente a su destino.
La obra ha sido ganadora del I Certamen Nacional de Artes Escénicas organizados por los Teatros Luchana y fue una propuesta, una necesidad que partió de la Fundación Jesús Abandonado de Murcia que propuso al director Pepe Galera poder ofrecer una vía para proporcionar herramientas a personas vulnerables o en desamparo social y el teatro es ese maravilloso cauce en el que fluyen las esperanzas y los miedos de estos maravillosos intérpretes, seis de los cuales son personas sin hogar, alguna de ellas de avanzada edad.
Todos ellos acompañados por tres actores y un niño hacen un trabajo espectacular. Que nos confronta y nos remueve. Nos divierte y nos cura. Son 60 minutos intensos en los que afloran los temores. Los miedos para mirarlos a la cara. Para desafiarlos, para abrazarlos y para vencerlos.
El espectador deja la sala más ligero de equipaje y agradecido.
Una propuesta de los Luchana para ver en familia o sólo- Una propuesta muy navideña a lo Frank Capra. Tal vez debería volver a las tablas cada Navidad. O en cualquier época del año. Porque cualquier momento es bueno para volver a ser como un niñ. Para curar heridas. O para vencer nuestros miedos.
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