Crítica de Shakespeare en 97 minutos

Desde 12 de Octubre en el Teatro Marquina de Madrid

Crítica de Shakespeare en 97 minutos
Crítica de Shakespeare en 97 minutos
Nuestra opinión de una obra de teatro de humor delirante sobre el mundo del mítico dramaturgo a través la risa: Crítica de Shakespeare en 97 minutos

Resumen

Crítica de Shakespeare en 97 minutos.
Desde 12 de Octubre de 2023.
Teatro Marquina de Madrid.

Autores: Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfield.
Intérpretes: Diego Molero, Héctor Carballo y Martín Gervasoni
Director: Sebas Prada
Productor Ejecutivo: Dario Regattieri
Crítica de Shakespeare en 97 minutos de Javier Torres
Duración 97 minutos.
No recomendada para menores de 7 años.

Horario y Sesiones para ver este espectáculo 

Sinopsis del Espectáculo

Shakespeare en 97 minutos es un espectáculo teatral de humor delirante que nos invita a zambullirnos en el mundo del mítico dramaturgo a través la risa. Tres actores se proponen interpretar desde la parodia todas las obras de William Shakespeare en solo 97 minutos ¿serán capaces de lograrlo? Se trata de un espectáculo que pretende volver a acercar a las masas a Shakespeare, tal y como fue en su momento, bajándolo del pedestal que tiene hoy en día.

Una obra teatral donde el espectador reirá cada dos líneas con parodias como la de Titus Andronicus, planteada como programa de cocina. Los diálogos se combinan en una lectura enrevesada y confusa que se representan a toda velocidad e, incluso, se recitan al revés para convertir esta obra en una hilarante comedia. Si amas Shakespeare, esta obra te va a encantar. Si odias a Shakespeare, esta obra te va a encantar.

Crítica de Shakespeare en 97 minutos

Pensar que toda la obra de William Shakespeare podría representarse en 97 minutos es algo entre presuntuoso y necesariamente tendría un resultado muy denso pues hay obras como Romeo y Julieta que tienen más de 30 personajes. ¿A cuál quitamos? Obviamente Romeo y Julieta se quedan. No sé la razón por la cual al ver el título pensé en el «Carromato de Max» una especie de museo que había en Mijas y en el cual se exponían miniaturas como cuadros pintados en granos de arroz o libros escritos en objetos minúsculos. Era como el no va más de la reducción. Estaba muy bien aunque para disfrutarlos y observar los destalles hiciera falta una lupa.

En este caso no hará falta una lupa ni tampoco ser un experto en la obra de Shakespeare. Lo que han hecho Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfield es reducir creativamente y de manera ingeniosa contorsionando y caricaturizando las escenas que todos recordamos, hemos leído o visto en el teatro o el cine y que fueron escritas por el prolífico autor inglés.

Shakespeare

Desde el primer segundo y antes de propiamente levantarse el telón nos presentan una biografía de Shakespeare como si la hubieran sacado de una Wikipedia loca y en la que mezclan sucesos de biografías de otros personajes históricos. La mezcla es explosiva y bufonesca y los giros de guían, los zascas y los truculentos saltos creativos reivindican al mejor Shakespeare, al más provocador e irreverente y mostrar lo que el teatro debía de ser: un entretenimiento popular para todos los públicos incluidos niños y mayores como los que ayer disfrutaron y rieron del espectáculo.

Los actores

Son tres actores «multi-poli» funcionales que entran y salen de escena interpretando a distintos personajes y las piruetas de clown son combinadas con sesudos y profundos extractos de obras del genio de Stradford y hasta con imágenes proyectadas, sonidos y la colaboración de algún espectador. Obras como Hamlet, Romeo y Julieta y Titus Andronicus se llevan algunos de estos preciados minutos y para algunas recurren a ideas tan ingeniosas y disruptivas como un programa de cocina o la retransmisión de un partido de fútbol. Es como estar en la representación de un Shakespeare gamberro y guasón, un iconoclasta e inconformista autor que busca las estrategias más inverosímiles y los gags de humor que más despiertan una risa fácil e infantil.

Los tres actores están geniales durante toda la representación y de los 97 minutos que están sobre el escenario no hay ni uno solo que no estén entregados en cuerpo y alma a mostrar un salto mortal interpretativo de un personaje al que presentan con un carácter chocarrero y socarrón, un monólogo muy filosófico y profundo en la línea más clásica y sesuda de abordar algunas tragedias shakesperianas o la combinación de medios tecnológicos y lumínicos para lograr ciertos efectos. Los tres transitan y se transmutan en distintos personajes en la misma escena usando el vestuario y las transformaciones que con él van dándose como un elemento más para provocar hilaridad en el espectador.

El Espectáculo

El espectáculo fluye a buen ritmo, muy ligero del peso, en ocasiones algo tortuoso, de las obras shakesperianas y el tiempo, los 97 minutos, se pasan en un santiamén para todos los presentes ya sean mayores o mucho más jóvenes y hasta niños, que alguno había. La obra supone un continuo de escenas salpicadas con bromas, gesticulaciones y piruetas algo histriónicas que mantienen la atención y la risa como si por momentos de una escena circense se tratara. La participación del público, incluso de todo el público en algún momento facilita esta dinámica de pura diversión, entretenimiento y ritmo algo sarcástico y muy lúdico.

Hay momentos en los que la obra parece desbarrar y dos actores salen a la calle persiguiéndose mientras desde el patio de butacas se puede ver en imagen proyectada en el escenario como corren enfrente del teatro mientras el tercero ha permanecido y trata de representar él solo Hamlet. Y para ello se desdobla y multiplica en personajes en los que se desespera y cuando ya está a punto de tirar la toalla regresan sus compañeros y le ayudan con esta tragedia que es finalmente representada entre los tres.

Conclusión Crítica de Shakespeare en 97 minutos

Jugando con el tiempo y los 97 minutos que dan título al espectáculo y viendo que aún quedan unos minutos deciden condensarla y reducirla y representarla de nuevo y en un «más difícil todavía y sin red» deciden representarla al revés desatando ya la total fascinación y carcajadas en el público. El Teatro Marquina nos ofrece esta obra hasta el 11 de noviembre y tanto si son amantes de Shakespeare como si no, eruditos en el autor inglés como si no, mayores o jóvenes, la obra es una propuesta tan divertida, un entretenimiento continúo en 97 minutos que no se puede dejar pasar.

Esta es nuestra opinión Crítica de Shakespeare en 97 minutos.

 

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