“Una corona para Claudia”. Texto y dirección: Iker Azkoitia.
Composición de música: Ricky Fan. Letras: Iker Azkoitia.
Intérpretes: Eva Ramos, Laura Ledesma, Iker Azkoitia, Ricky Fan y Jaime Riba.
Horarios y sesiones para ver "Una corona para Claudia".
Juventud sin cinismo
La falta de esperanza, la crisis, la pérdida de una infancia cómoda, la lucha por la estabilidad, el miedo a la pérdida de lo conseguido… No nos ha quedado más remedio que ser cínicos, ¿no? Sentir de perfil, para no hacernos daño. Pensar desde la ironía, para que la seriedad o el compromiso no nos salpiquen. Discutir el mundo desde la pérdida, y no desde los proyectos posibles. Poner énfasis solo en aquello que nos oculta. A mí me parece que todas estas cosas, discurso y maneras de mi generación, son lo contrario de la juventud. Y por eso me hace tan feliz encontrarme con relatos alternativos como el de “Una corona para Claudia”. Un musical pequeño y grande que hay que ver en el Teatro Lara, y antes en el Teatro Alfil. Una historia que se recrea en la luz. Unos personajes que sienten sin miedo a hacerlo. Un proyecto que, sin ocultar los elementos que nos rodean y que nos convierten supuestamente en la generación más desgraciada de la historia, apuesta por la alegría consciente, por la persecución de los sueños, por la felicidad aunque sea en minúsculas.
Ifi, Pedro y Adrián son amigos y están intentando ayudarse unos a otros, organizando una acampada. Claudia los conoce en el coche, porque ella huye de su monotonía y ha intentado economizar el viaje. Claudia cambia sus planes y les pide unirse a la acampada. Claudia no se oculta, Claudia cuenta su vida, Claudia siente mucho y padece poco, aunque su vida no haya sido fácil. Claudia es un personaje luminoso, al que Eva Ramos interpreta con alegría, intensidad y ciertos tonos naïf. Claudia mejora a sus nuevos amigos, los conecta consigo mismos, cataliza la energía positiva que se les pierde en trabajos que no les gustan y en discusiones que no quieren tener. Ifi crece a su lado, se desprende del lastre y la invita con naturalidad al lesbianismo; Laura Ledesma logra con ese personaje un potente juego de comedia y emotividad. Pedro y Adrián, a los que Iker Azkoitia y Jaime Riba interpretan con eficacia, juegan al ratón y al gato hasta que la presencia de Claudia y los giros de la vida les mueven a tomarse en serio.
Voy a evitar decir eso de que “Una corona para Claudia” es una puesta en escena “sencilla e intimista”, porque no creo que haga falta utilizar subterfugios lingüísticos para decir que Iker Azkoitia y el equipo han levantado con recursos mínimos un musical pequeño, con música y canciones propias, que tiene en el instinto dramático y en la inteligencia escénica dos de sus principales virtudes. Al texto del montaje, que nos muestra la evolución de las relaciones y las vidas de los protagonistas en dos encuentros, no le falta sino una mayor capacidad de misterio con un elemento que será clave en el desenlace y algo más de naturalidad en algunas líneas. Lo demás, lo tiene: una historia bien trenzada, diálogos eficaces con acertadísimos dardos y réplicas y perfecto manejo de los ritmos emotivos de la historia. Las canciones, bonitas y bien cantadas, son de alguna manera narrativas y se integran perfectamente en el follaje sentimental que la historia va configurando ante el espectador.
“Una corona para Claudia” divierte, emociona e interesa, por lo que importa poco, a la postre, si sus recursos son muchos o pocos. Lo que sí importa es que su existencia, y su presencia ojalá que duradera en la cartelera de Madrid, neutraliza el discurso lastimero y cínico sobre la imposibilidad de alcanzar metas o incluso de formularlas. Un equipo joven da forma, cada domingo en julio, cada viernes a partir de agosto, a una historia emocionante y divertida, que ha salido de sus cabezas, que cobra vida gracias a su esfuerzo y que mejora durante un rato la vida de sus semejantes. Eso es juventud, y a eso debe aspirar.
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