Cuando era niño los mejores momentos los tengo asociados a los payasos. Nadie ni nada me hacía reír tanto como esos estrafalarios de nariz roja, zapatones descomunales y melenas de color que parecían tontos pero luego eran más listos que el otro estrafalario de cara blanca y que se las daba de sabihondo.
Siempre quise ser uno de ellos, era mi retahíla de pequeño, yo quería ser payaso.
A lo largo de mi vida he visto muchos tipos diferentes de payasos, ahora mola más llamarles “Clown”. Y los hay de muchos tipos: conceptuales, barrocos, surrealistas, hiperrealistas, clásicos, posmodernos, con texto, sin texto, en grupo, solos…
Servidor tuvo la oportunidad de ver cumplido su sueño infantil al convertirse en payaso. Concretamente lo que hago en "El Cavernícola" es una forma de clown, con un texto, eso sí, pero básicamente hago el payaso.
También fui payaso en el sentido más común del término en mis comienzos como actor: actuaba de payaso en fiestas infantiles privadas, en casas de gentes con posibles; “payaso de contacto” le llaman a eso. Y en la calle he hecho muchas animaciones y pasacalles como payaso.
Tal vez fuese por eso que la mañana del domingo, viendo a David Larible en el Teatro Circo Price, haya pasado uno de los mejores momentos que recuerde últimamente. Lloré de risa literalmente hasta acabar anegado en lágrimas.
Es un payaso al estilo clásico, con un toque chapliniano, que va transitando por los números de toda la vida de forma entrañable, seduciéndote con cada uno de sus gestos o en sus múltiples interacciones con el público.
Es todo muy sencillo, el humor es casi simple, lo podría entender hasta mi perro, pero hay una precisión y un trabajo detrás de cada una de esas “simplezas” que me cuesta imaginar: acrobacia, pantomima, malabarismo, música, prestidigitación, danza… Son muchas las disciplinas que un payaso debe manejar.
Niños y abuelos reían por igual y cuando alcanzamos la catarsis nos dirigió unas palabras mágicas. No recuerdo todo lo que dijo, sólo su frase final: “Apoyad los espectáculos en vivo, el teatro, la danza, la música, el circo… Porque un país sin cultura es un país sin futuro.”
Dios bendiga a los payasos.