Querido Nancho: Libros hay de muchos tipos, tantos como gustos. Nada nuevo descubro. Y a pesar de que cada cual tiene su criterio es difícil decir con severidad y sin asomo de duda "este es el mejor libro que he leído jamás". Yo mismo he terminado muchos libros en mi vida que al hacerlo me han dejado ese regusto agridulce que provoca una lectura que te ha generado adicción.
Dulce por una parte, porque esa lectura te ha llenado los días que has invertido en ella de sensaciones que te enriquecen como persona. Agrio por otra parte, porque si la historia te ha atrapado, al terminar, quedas algo así como huérfano de vida y de emociones. Entonces empiezas a preguntarte "¿cómo voy a continuar a partir de ahora sin los personajes que me han acompañado estos días?.
Hace unas semanas, al preparar mi equipaje para irme a trabajar a Alicante, como suelo hacer siempre, fui a mi biblioteca para decidir qué libro me llevaba del montón de pendientes. Finalmente decidí llevarme el tuyo, "Despertar", por interés naturalmente, pero sobre todo, seré sincero, para que nuestra agente y amiga Esther Santos no volviera a regañarme por no haberlo leído aún.
Aún tardé unos días antes de abrirlo en Alicante porque debía acabar primero la biografía de Robespierre que estaba leyendo y otro libro que me llevó un par de días acabar.
Como ya te envié un email privado para comentarte algunos detalles de lo que ha supuesto, emocionalmente para mí, la lectura de "Despertar" y no creo que sea oportuno desvelarlo en este foro, pues alguien bien podría pensar que mi cerebro hubiese sufrido alguna suerte de atasco, permíteme que haga aquí un paréntesis y cuente el argumento a mis queridos lectores para que sepan de qué va la segunda carta, esta vez abierta, que te escribo.
Argumento:
Jaime, un muchacho de provincia en la Galicia de finales de los 70, tímido hasta el paroxismo, ante su incapacidad por relacionarse con el sexo opuesto, recurre siempre a una misma fantasía sexual para alivio de su tierno y revolucionado estado hormonal. Más tarde, ya en Santiago de Compostela, donde se ha trasladado para estudiar en la Universidad, conoce a Marisa, joven brillante, simpática, agradable y muy guapa de la que se enamora platónicamente (también en un plano convencional, por supuesto, pero su relación en un principio no pasa del tono eidético pues ella tiene un novio en el extranjero que está pasando una temporada entre rejas por tráfico de estupefacientes)
Por amor a Marisa, Jaime deja de recurrir paulatinamente a su fantasía con la que practicaba toda clase de juegos sexuales. Esto sume a la fantasía en una profunda depresión pues, extrañamente, se ha enamorado de su creador, cosa que no suele ocurrirles a las fantasías, porque sencillamente son eso: ideas, deseos, que son reclamados por los que habitan en la realidad, nada más y su fin no es otro que el de ser utilizados.
El ambiente de la noche compostelana sumerge a Jaime y a Marisa en una espiral de degradación absoluta y quedan ambos enganchados a la heroína.
El hecho de que Jaime ya casi no recurra a su fantasía y la preocupación de ésta por el camino que está tomando la vida de su amado en el mundo real, hace que decida emprender una odisea para que se le conceda transformarse en una mujer real, de carne y hueso y de esta forma poder rescatar a Jaime antes de que la droga termine con él.
Hasta aquí el argumento. Espero haber hecho un resumen de lo más ajustado.
Sigo con mi carta.
Nancho, calificar tu libro de obra maestra, genial o excelsa no situaría en el plano justo un libro que va más allá de una sensible y pasional historia de amor. "Despertar" ha supuesto para mí un puñetazo en el alma. Es la única forma de expresar por medio de las palabras lo que tu relato ha pulsado en mi interior.
Podría decirte que técnicamente es brutal ya que se percibe el dominio de la técnica narrativa, el conocimiento basto de los clásicos, el uso constante de recursos estilísticos que sólo los puede utilizar quien ha leído tanto como ha vivido y a la vez rompes con todos estos conceptos, trituras el canon, para inventar una forma narrativa inédita, al menos para mí. Jamás he leído algo con un estilo tan peculiar, propio y particular. O tal vez sí, pero me ruborizo (y te ruborizarás seguramente) si te digo que en ciertos momentos pensaba que ese estilo sería el que Cervantes tendría ahora si volviera a la vida en el siglo XXI.
Por ello tu "Despertar" hay que situarlo en el plano de las emociones más que en ningún otro, por eso es tan y tan especial.
Debo decirte que en algunos momentos, en los que conseguiste arrancarme las lágrimas, como en el final de la primera parte, estuve tentado de no continuar pues, al placer de estar leyendo un libro tan perfecto en cuestión de estilo, le estaba sumando una fuerte carga emotiva incontrolable que en algún momento me llegó a abrumar.
Decir que lo que has escrito suena a verdad no es ajustado ni acertado. Huele a verdad, eso es más certero, porque la historia que cuentas en "Despertar" no se lee, se vive con los sentidos y yo me tiré los tres días de lectura, oliendo las calles de Santiago, ciudad que conocía desde otra perspectiva: la del que viene de fuera (en mi caso siempre he ido a trabajar) y, como dice el Narrador, anhela disfrutar del espectáculo de una lluvia tan famosa como su monumento principal, la catedral. Como te decía me pasé tres días oliendo las calles de Santiago y las del Madrid de los 80. Y como de sentidos va la cosa, tu novela no sólo es un paseo para las pituitarias, también es un regalo para los oídos. Tu basto conocimiento del rock y del blues se refleja en la detallada descripción de momentos en los que la música juega un papel fundamental en la historia que narras (glorioso ese "Hells Bells" en pleno éxtasis de amorío) tu obra es tan sonora como literaria, aunque literaria lo es en grado superlativo pues la referencia a los clásicos es constante, pero hecho con tal gracejo que consigues hacerlo sin caer en la pedantería. Bien al contrario, consigues que Segismundo se convierta en un personaje de comedia o que Don Quijote adquiera un aire encantador de héroe moderno. Incluso en un momento de la narración llegas a hacer una revisión, contemporánea, de mi adorado Cyrano de Bergerac. Durante la lectura se me hacía tan difícil comprender cómo se puede conjugar todo ese cóctel de emociones y sentidos, que en algunos momentos pensaba que era imposible que una sola persona hubiese podido escribir este libro.
Pero después, reflexionando, recordando aquel rodaje que compartimos en 2005 y los ratos de charla que tuvimos mientras esperábamos a que nos llamaran para seguir grabando, comprendí que la curiosidad que despertabas en mí, venía dada por el asomo de un aura impropia en un actor. Pensaba "demasiado complejo para tratarse sólo de un actor". Yo aquellos días veía en ti a alguien que tenía muchísimo que decir pero que tal vez por su condición de gallego, por esa particular propensión que tenéis los de aquella parte del país por esconder vuestra inteligencia para que no os molesten, intuí una basta creatividad que "Despertar" me ha confirmado.
Qué decir más, Nancho. Que "Despertar" no es un libro normal; es de otra dimensión. Que es un libro escrito desde un corazón extremadamente sensible para corazones extremadamente sensibles. Que me encanta la forma en la que parece estar escrito, como diciendo "es así y si no te gusta cierra el libro y abre otro".
Que debo agradecerte el puñetazo en el alma que me he llevado. Que me ha "despertado" como creo que ningún otro libro lo ha hecho en mi vida porque a través de tu relato he descubierto algún que otro matiz de mi personalidad que andaba extraviado.
El domingo estaré en la Feria del libro de Madrid. Normalmente, como autor, debería animar a la gente a que compre y lea mi libro, "El plan". Sin embargo, y como iniciativa excepcional, a riesgo de que mi editor, Pepo Paz, que también es el tuyo y de que Esther Santos (¡qué ojo tiene esta mujer!) crean que me he vuelto loco, animo desde hoy a la los lectores de Teatro a Teatro a que se acerquen a la caseta de Bartleby y se hagan con un ejemplar de "Despertar" antes de comprar ningún otro libro. Lo pido así porque creo que nadie debería perder la ocasión de vivir la experiencia de leer semejante regalo de vida.
Si después a mis queridos lectores les sobra algo de dinero y creen oportuno comprar otro libro, entonces sí, les animo a comprar mi texto "El plan".
En definitiva y ya para acabar, Nancho, sólo me queda darte las gracias por haberme hecho el regalo de escribir un libro tan maravilloso como "Despertar" del cual puedo decirte, con seguridad, que es el mejor libro que he leído hasta la fecha. Ahora sé que los grandes libros son aquellos que parece que el autor los escribió pensando en el que lo está leyendo y eso es lo que me pasó a mí con "Despertar", que tuve la sensación, enmás de una ocasión, mientras lo leía, de que lo que habías escrito, lo habías hecho,pensando en mí.
Un abrazo hermano.
Salud, amigos.