El “Hip Hop del sombrero” contra la crisis

Ignasi Vidal

Las crisis llevan consigo un sin fin de desgracias: empobrecimiento, desesperación, pérdida de empleos, de hogares… La lista de contrariedades se hace más y más larga cuanto mayor es el tiempo en el que se extiende la negra mano de la crisis, la nuestra convertida en recesión desde hace mucho, amenaza con destruir nuestro modelo de convivencia.

En mi sector, el de las Artes Escénicas, como no podía ser de otra manera e igual que en muchos otros sectores, esta situación ha tenido un carácter terriblemente pernicioso. Por un lado, los profesionales, que como ciudadanos que somos sufrimos los embates de la crisis en lo cotidiano, dependemos de un público compuesto también por ciudadanos, que a la vez soportan el golpe de la misma y, que por mucho que les guste acudir a los teatros, ven cómo el precio de las entradas se dispara por una irresponsable subida en las tasas impositivas por parte de un Gobierno torpe que toma esta medida con afán recaudatorio sin pensar en sus consecuencias.

La improvisada medida (o tal vez no tan improvisada) no sólo es ineficaz para llenar las arcas del Estado, no sólo castiga a los profesionales de la escena y al personal técnico que hace posible que el telón se levante todas las noches, también golpea de lleno a los empresarios.

Si ser empresario de Teatro es ya de por sí una aventura que entraña un riesgo incalculable, ahora, con la inestimable “ayuda” de un gobierno insensible, es ya un acto cargado de épica. Más de un empresario, ante el bofetón que supuso la subida del IVA al 21%, pensó en dejarlo (y alguno lo hizo). Más de una producción tuvo que parar su actividad y en algunos casos no por la falta de público, sino porque esa subida hacía imposible asumir la nómina de gastos, como muy bien me contaba, ejemplo de lo que digo, no hace muchos días, el director Jaime Azpilicueta respecto al musical "My Fair Laidy".

El productor de Teatro, ese que se juega su dinero noche tras noche cada vez que decide subir el telón, encuentra ya pocas razones para seguir con una actividad que parece estar reservada a personas con una gran capacidad de sacrificio y amor por el Teatro (por supuesto, como en todo, hay excepciones).

No obstante, todo el mundo coincide en que el Teatro debe seguir con su actividad, debe seguir ofreciendo variedad de espectáculos donde escoger porque nadie se imagina una ciudad como Madrid (pongo Madrid como ejemplo pero vale cualquier otra localidad) sin Teatros, pero la triste realidad es que, salvo excepciones, las salas estás vaciándose de manera alarmante a tenor de los números que se manejan.

Así es la crisis.

Sin embargo, en tiempo de vacas flacas (éste, excesivamente flacas) hay quien se resiste a abandonar. Son muchas las gentes de Teatro que inventan nuevas fórmulas de gestión para seguir ofreciendo montajes de calidad. La última iniciativa de la que he tenido conocimiento es una sugerente idea que empieza a tomar cuerpo estos días en Madrid.

Un estupendo grupo de actores y actrices, Ana Turpin, José Troncoso, Miguel Hermoso, Raquel Meroño y Rubén Cortada se ponen a las órdenes durante un par de meses del director Juan José Afonso que, junto con Elisa Sanz autora de la escenografía y vestuario y El Langui en la parte musical, se han unido para poner en pie un texto traducido por Alicia Macías en versión de Miguel Hermoso, del magnífico dramaturgo, guionista y director norteamericano Stephen Adly Guirgis, conocido por sus guiones en series como “Los Soprano” o “Canción triste de Hill Street".

El texto lleva por título “El Hip Hop del sombrero”.

La fuerza de todo este proyecto reside en que este talentoso grupo de profesionales han aunado fuerzas y se han convertido en productores de su propio producto. De un conglomerado como este sólo puede resultar un artículo de altísima calidad.

La gente del Teatro, incansable, se reinventa, siempre pensando en pisar las tablas pues es ahí donde nos sentimos felices. Yo como compañero, no dejo de sentir cierta envidia sana por la valentía de éstos leones de la escena (de éstos y de otros que han tomado el camino de la unión para salir de la que nos está cayendo) y sobre todo una profunda admiración por su decisión.

Amigos, no perdáis de vista lo que puede dar de sí semejante cóctel de artistas.

Yo al menos espero tener tiempo para poder disfrutar de este “Hip Hop del sombrero”. Mientras tanto, Juan José, Ana, Troncoso, Miguel, Raquel y el resto de la compañía, disfrutad de la aventura.

Salud amigos.

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