La decisión del Gobierno de que el sector de los espectáculos pase a tributar un 21% de IVA, en lugar del 8% que soportaba hasta ahora, ha provocado una verdadera oleada de indignación de la que ya os hemos dado cuenta. Este descontento alcanzará probablemente su climax mañana en la Plaza del Rey de Madrid, donde el sector se ha dado cita para protestar frente a la Secretaría de Estado de Cultura. La medida gubernamental les parece ‘nefasta’ y buscan argumentos para reforzar su posición. Una comparativa fiscal europea es uno de esos argumentos.
El rechazo a la medida y las protestas han sido generalizadas, dentro y también fuera del sector: nadie entiende como razonable una subida impositiva a la que el calificativo de "drástica" se le queda corto. Y es que el paso del 8 al 21% supone un incremento del…162%. El porcentaje asusta y la del IVA tiene muchas papeletas para convertirse en una de las subidas impositivas más duras que se recuerdan. Por si la dimensión del porcentaje no fuese suficiente para desaconsejar la medida tomada por el Gobierno, el sector ha mirado en derredor para ver qué fiscalidad soportan las artes escénicas en Europa.
Y el "paisaje impositivo" europeo, a pesar de que presenta una variedad de casos bastante notable, tampoco parece apoyar la medida del Gobierno. En la mayoría de los países de nuestro entorno, el teatro soporta unas tasas de IVA entre el 6 y el 10%. En Holanda, un 6%; en Grecia, un 6,5%; en Alemania, un 7%; en Irlanda, un 9%; en Italia, un 10%. En ese arco se ha movido hasta ahora el IVA español al teatro, del 8%. No muy lejos de ese arco habría estado el 13% que, durante un tiempo, pareció barajar el Gobierno y que a algunos en el sector les parecía, aunque discutible, más razonable.
El 21% de IVA que finalmente gravará la actividad teatral arroja a España fuera de la media europea y la alineará con países con los que no comparte demasiadas características económicas: Reino Unido y Dinamarca. El sector británico soporta un 20% de IVA, pero es el sector teatral danés el que se lleva la palma, con su 25%. Lejos, lejísimos, del 0% de IVA que soportan las artes escénicas en Noruega, o del 2,5% con el que están gravadas en Suiza.
Pero muy lejos, también, del modelo impositivo que impera en un país vecino del que hemos tomado ejemplo en muchas ocasiones: Francia. En el país galo, el sector de las artes escénicas soporta, grosso modo, un IVA del 7%. Pero recoge la existencia de un tipo superreducido del 2,1% al que pueden acogerse algunos espectáculos durante sus primeras 140 representaciones. Algunas voces del sector en España ya han dicho que podría estudiarse algún mecanismo similar al francés, con el objetivo de aminorar los efectos de una subida tan drástica como la que se espera. El Gobierno, sin embargo, no parece muy dispuesto a revisar su decisión.