Darío Facal es el encargado de inagurar, el próximo 11 de junio, el Festival Clásicos en Alcalá. Lo hará con su versión de "El sueño de una noche de verano", de Shakespeare, en una puesta en escena que, como él mismo dice, "difiere de la idea que se pueda tener de este texto y va a sorprender seguro al público". La transgresión de lo común es una maniobra que le gusta a este director, como pudo verse en "Las amistades peligrosas", el último montaje de Metatarso, la compañía que dirige, y con el que también fueron programados en la edición anterior de Clásicos en Alcalá.
Carmen Conesa, Emilio Gavira, Borja Luna, Óscar de la Fuente, Katia Klein, Alejandra Onieva, Alejandro Sigüenza, Pablo Ochoa y Vicente León se han puesto en sus manos para dar vida a los personajes, humanos y fantásticos, de este fascinante clásico de Shakespeare. El montaje se podrá ver los días 11 y 12 de junio en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares. Sumergido por entero en los ensayos, Darío Facal encuentra un rato para contarnos algunos detalles sobre su "Sueño de una noche de verano".
-¿Inaugurar el festival añade nervios a los nervios?
Bueno, inaugurar un Festival como éste es un privilegio. Que cuenten con nosotros es siempre un honor y un orgullo. Pero a nivel artístico, nos vamos a enfrentar con el público como en cualquier otra función. Más allá del honor que significa, no tiene ninguna otra implicación porque el público se merece siempre lo mejor. Cada vez que se levanta el telón, se levanta igual sea el día que sea y eso no afecta al rigor de lo que hacemos.
-¿Por qué "El sueño de una noche de verano"?
Siempre pensé que éste sería el primer Shakespeare que haría. La obra me fascina desde que la leí en la adolescencia, y de pronto surgió la ocasión. Clásicos, que ya nos había invitado a hacer "Las amistades peligrosas", nos invitó a hacer una produccion y no me lo pensé dos veces. Creí que "El sueño de una noche de verano" era mi ocasión, y por trayectoria, ya me sentía cómodo con la idea de enfrentarme con un Shakespeare.
-¿Y cómo lo has afrontado?
Yo he intentado ser muy honesto con lo que entiendo que es "El sueño…" y que difiere bastante de lo que la gente seguramente piensa que se va a encontrar. Ya para empezar, Puck, el Puck travieso, jovial, aniñado… en nuestro caso está interpretado por Emilio Gavira, que es un actor con una trayectoria, con un peso y con una fuerza que, bueno, va a sorprender. Para mí, "El sueño de una noche de verano" tiene que tener mucho humor, pero también mucho lirismo, y conseguir el equilibrio entre ambos fue uno de los retos más difíciles que nos planteamos a la hora de hacer el cásting y que me planteé a la hora de pensar la puesta en escena. La gente se va a a reír muco, pero también están las pesadillas, el inconsciente, y creo que esos elementos le añaden cierta densidad y cierto peso a la ligereza de la comedia.
"El sueño de una noche de verano" es una obra muy compleja: la farsa convive con la elegancia de Shakespeare, la obra está atravesada de anacronismos, Atenas y el mundo de los duendes, referencias isabelinas y clásicas y tiene una triple trama: la de los amantes, la de los cómicos y la del mundo fantástico. Había que conseguir que todo eso funcionase y mi objetivo es mantener el humor y la comedia, la farsa de los cómicos, la alta comedia de los amantes y el lirismo del mundo fantástico. Realmente creo que el público se va a encontrar una lectura de "El sueño…" diferente a la que espera. Ya para empezar, es un sueño en el que no hay hadas.
-Has mencionado ya a Emilio Gavira como Puck, pero cuéntanos algo más del reparto. ¿Cómo ha sido el trabajo con los actores? ¿Qué habéis buscado y qué habéis ido encontrando?
Hubiese sido muy difícil hacer este montaje sin este reparto, porque es el elenco perfecto. Somos una compañía muy afortunada, porque tenemos actores extraordinarios que confían y se involucran en papeles muy locos. Carmen Conesa, por ejemplo, vuelve a trabajar con nosotros, para hacer los papeles de Titania y de Hipólita. Como te he dicho antes, tenemos a Emilio Gavira haciendo de Puck, y es un actor extraordinario que seguro que va a sorprender al público.
Pero es que te los tengo que nombrar a todos, porque Alejandro Sigüenza haciendo de Oberón es un regalo. Él es un actor con mucha trayectoria en teatro clásico y hace un Oberón y un Teseo increíbles. Óscar de la Fuente es un actor maravilloso, y añade una ternura y una comedia increíbles a Demetrio… Borja Luna hace el papel de Lisandro y Katia Klein y Alejandra Onieva hacen de Helena y Hermia. Son dos actrices buenísimas, muy comprometidas, hermosas sobre el escenario, con una luz increíble. Paco Ochoa es una actor cómico con una destreza y una vis perfectas y él hace de Nicolás Trasero y por último Vicente León, que hace de Pedro Quince, porque nos parecía divertido traducir directamente el nombre del personaje…
"El sueño…" es alta comedia y necesita que la compañía que se quiera, que haya bienestar y actores muy nobles, muy transparentes. Eso fue clave cuando Javier López Patiño y yo hicimos el casting: queríamos encontrar actores que tuviesen una nobleza especial en el escenario, que aquello pudiese ser… candoroso. Para mí esta obra es un canto a la belleza del teatro, a la ilusión del teatro, a la fiesta del teatro y el teatro como un revulsivo capaz de transformar la rigidez de las leyes, la rigidez de la razón. Cuando tienes un elenco así, tan a favor de la creación y en un clima tan bueno, es difícil no avanzar.
-Pero "El sueño de una noche de verano" es una de las obras más populares de Shakespeare y también una de las más representadas…¿Hay manera de ser original a la hora de ponerla en escena?
No lo sé, porque es una obra muy representada, pero tampoco ves todas las representaciones que se hacen. Yo sé que la imagen general que la gente tiene de "El sueño…" y que uno mismo tiene del sueño por los montajes que ha visto, no está para nada en sintonía con la idea que yo tengo de "El sueño…". Mi idea es que, en definitiva, "El sueño de una noche de verano" es Shakespeare hablando de la belleza de la fiesta teatral, y por eso concluye con una representación, así que lo que he buscado para esta puesta en escena es recuperar el encanto del juego teatral, de la teatralidad más básica y esencial.
-¿Y de qué manera se ha concretado todo eso en la dramaturgia visual del texto?
Toda la puesta está concebida con el uso de elementos tradicionales y como una reinterpretación de los recursos clásicos del teatro. El uso de telón pintado, con grabados antiguos, es una máxima a lo largo de toda la puesta. Hemos buscado también un vestuario ingenuo que refleje e incluso que resalte esos anacronismos de los que te hablé antes y que son capitales en la obra. En definitiva, he buscado un equilibrio en el que todos los elementos funcionen plásticamente y el resultado sea elegante y delicado.
Desde un punto de vista más general, hemos querido crear un espacio en el que la obra suceda de la mejor manra posible y permita al espectador percibir el humor y la poesía de Shakespeare. Mi idea de una puesta en escena es que sea una forma de amplificar la belleza del texto, y en ese sentido, lo que busco y lo que pretendo es crear un lenguaje escénico que resalte y amplifique las virtudes, lo que para mí sea conmovedor de un texto. En el caso de "Las amistades peligrosas", la música nos servía de hilo conductor y nos ayudaba a vertebrar el erotismo y la sexualidad y en el caso de "El sueño…", es todo un juego de teatralidades delicadas e ingenuas.
-Anacronismo, mundo onírico, tramas amorosas… ¿Hacer comedia es escapista en este tiempo?
La comedia es necesaria, la gente necesita reír. Pero es que además la comedia en sí, como género, no puede ser escapista. Todo depende de lo que se cuente dentro de la comedia. Hay dramas que son tremendamente escapistas…
Creo que "El sueño de una noche de verano" es pertinente, muy pertinente. Porque en esta época tan difícil para el teatro y para la cultura, es un recordatorio de que necesitamos de la fantasía vulnerar las rigideces de un sistema político. La obra comienza muy claramente con eso, con Teseo hablando de las leyes de Atenas y el pago del amor de Hermia por Lisandro se resuelve en "virgen o muerta". Es lo que dice la ley y da igua lo que tú quieras. Esto es lo que motiva un viaje al bosque y a la noche, donde se alteran todas esas lógicas, esa rigidez, esa legislaciín de la razón para enfrenarse con el mundo de lo onírico, de la liberación sexual, de la rigidez de las normas, que son necesarias por otra parte…
Creo que lo hermoso de Shakespeare es cómo mantiene el equilibrio en esa paradoja, en cómo necesitamos las leyes pero también necesitamos desafiarlas. Esa es toda la idea que hay detrás del Carnaval o mismamente de los fines de semana modernos, ¿no? El momento en el que la rigidez de la semana se libera. Todo eso Shakespeare lo culmina con la trama de los comediantes, que es gente que se enfrenta con el teatro desde la ingenuidad de quienes lo aman. Para nosotros, como profesionales, me parece un precioso recordatorio de por qué hacemos teatro, por qué seguimos haciendo teatro a pesar de las dificultades que el poder nos pone. Volver a hablar del IVA es una obviedad, pero hay otra muchas dificutades y creo que "El sueño de una noche de verano", por muy comedia que sea, está reflexionando sobre algo muy importante para una sociedad, que es que sin cultura estamos perdidos.