Espectáculo en gira

Enrique R. del Portal

Cada día despierto en distinta habitación
donde doy con mis huesos cuando está naciendo el sol,
dormimos poco y mal quemando la salud
para llegar al quinto infierno donde cantaré de nuevo
¿qué estarás haciendo tú?

Blues del Autobús -Víctor Manuel San José.

Viernes, 9:20
Cuando ha sonado el despertador esta mañana, he estado a punto de darme la vuelta y dormir un par de horas más, pero cierran el salón donde desayunamos, y teniendo dos funciones, prefiero comer ahora algo consistente, y almorzar ligero a mediodía. He llamado a Marta, todo anda bien por casa, aunque la echo de menos. Después de desayunar he subido a la habitación He puesto un poco de música para animar la mañana. Comenzar el día con Clapton y BB King no está nada mal.

Sábado, 11:00
Salgo a caminar un rato, me pierdo una hora por las callejas del barrio viejo de esta capital de provincia. He encontrado una tienda muy curiosa de libros y discos de segunda mano, y he comprado un ejemplar de "El viaje a la felicidad" de Eduardo Punset. Tengo bastante tiempo para leer, aunque debería hacerlo más. El ordenador me entretiene demasiado, me dispersa… A partir de hoy prometo dedicarle más tiempo a la lectura, sobre todo antes de dormir.

He parado en una cafetería, a tomar el segundo café de la mañana, y he ojeado el periódico para llevarme algún disgusto, como siempre. El suplemento cultural traía una reseña del último libro de Eloy Sanchez Rosillo, "Antes del Nombre", ¡qué bien escribe! Sin duda es uno de mis poetas favoritos. La pared del local estaba decorada con pósteres de cine, y he recordado el destartalado Teatro de La Solana, donde descubrí aquel cuarto de utilería lleno de carteles, afiches y fotografías de artistas. ¡Qué magnífica colección! Ya no quedan teatros así. Ni aquel característico olor a madera y pintura o los rincones llenos de remas.

Domingo, 15:20
Dentro de diez minutos tengo que estar en la sala de calentamiento para vocalizar. ¿Dónde estaba?, ¡Ah, sí, en el segundo piso! Qué manía tienen de hacer estos auditorios nuevos con los camerinos y salas de ensayo en niveles distintos a los del escenario. Como aquel día en el Teatro Principal de Zaragoza, con la Compañía Lírica Española, cuando Alberto Agudín, compañero de tantas zarzuelas, se quedó encerrado en el ascensor y casi llega tarde a su escena. El había conocido la verdadera vida de los cómicos de la legua, compartía con nosotros anécdotas de vivir y trabajar en el camino, y de, incluso, no saber con seguridad cuándo había nacido. También Paco Lahoz, con quien coincidí en la producción de "Los Miserables" de 1992, nos contaba haber ido en una destartalada furgoneta, actuando por los pueblos con su hermana Marisa; qué vida tuvo que ser aquella…

La verdad es que ahora no nos podemos quejar; tenemos unas buenas condiciones, nos llevan a buenos hoteles, y nos pagan dietas, además de un sueldo, aunque no siempre, y no todas las compañías funcionan igual. Además qué difícil resulta convencer a los compañeros de lo imprescindible que es la unión para mejorar nuestras condiciones. Eso me recuerda que tengo que mandar a Lorenzo la documentación que me ha pedido para la Asociación.
¡Perdón, me llaman, llego tarde!

Lunes, 17:45
Es genial tener un día libre en gira. He pasado toda la mañana haciendo el vago en la habitación, viendo la televisión sin ver nada. Escribiendo y leyendo. Después de comer he dormido un rato de siesta y dentro de un rato he quedado con Álvaro, Carlos y Talía para dar un paseo, merendar algo y ver alguna película. Me gusta llevarme bien con todos los compañeros, aunque con algunos tenga más amistad, como es lógico. Es importante crear un buen ambiente en estas giras tan largas. Son una especie de microcosmos, en el que tenemos nuestros propios códigos, nuestro propio lenguaje.

Y es que a veces, la única familia que tienes cerca son tus compañeros. En las giras como esta, tan larga, o cuando estás muy lejos de casa, como cuando fuimos a Lima en 2004. Creamos un buen grupo de compañeros y amigos, lástima que luego la vida y el trabajo nos separara; tengo que llamarles, a Carlos, Pascual, Judit, Carmen, Pedro, Luis, Andrés, y saber qué es de sus vidas.

Contaba Montserrat Caballé que cuando viajaba para alguna de sus magníficas actuaciones, gastaba verdaderos dinerales en conferencias para hablar con los suyos, y ahora la entiendo perfectamente. He vuelto a llamar a casa, Marta está bien aunque un poco triste de estar sola. La comprendo, también la echo de menos, y a Blues y Tosca, nuestros perros.

Martes, 21:30
Aprovecho el descanso entre actos para relajarme un rato, y escribir. Aunque este personaje es bastante cómodo y me permite buenas pausas en el camerino. Así que tengo tiempo para tomar notas y leer algo. Aunque a veces es aburrido; siempre he pensado que lo peor en un teatro es no trabajar. Esos lapsos que pasas entre escenas, pueden llegar a ser tediosos si no tienes algo que hacer, sobre todo cuando es una función que has repetido cientos de veces.

Es difícil mantener un personaje con el mismo ritmo y dinámica durante tantas representaciones. Tanto en temporada en Madrid, como ahora de gira, interpretar todos los días el mismo texto y la misma partitura, de igual forma, requiere mucho esfuerzo, para no caer en la monotonía en el escenario, o por el contrario experimentar en exceso y desvirtuar la propuesta inicial. Intento pensar en la novedad, escuchar a los compañeros, cambiar algún tono de voz o intención, sin que apenas se note. Decididamente es uno de los inconvenientes de estas giras tan largas.

Después de la función iré a cenar algo y a tomar una cerveza. Ignasi y Chema están hablando de jugar al póker, pero no termino de estar decidido, me apetece más irme a la habitación y ver alguna película, o conectarme un rato a internet. No, he prometido que leería.

 
Miércoles, 23:50
Este es uno de mis momentos preferidos del día. He estado en la cafetería del hotel tomando una copa, sin más compañía que la leve música de fondo. Sonaba Dyango, qué horterada, y qué de recuerdos… Es ahora cuando más acuso lo sólo que estás en una gira. Pero hay que saber disfrutar de este silencio y de esta tranquilidad. He terminado mi vaso de Jack Daniels y he subido a la habitación. En el ascensor he coincidido con una pareja que se arrullaba muy acarameladamente. Ni siquiera ha notado mi presencia, y he sentido envidia. Ya en mi cuarto he ordenado un poco mis cosas y he anotado en mi cuaderno algunos versos;

Llegó este dolor
que no se podía sostener,
que vencía mis tripas desalojadas.
Llegó, lo encajé y lo detuve.
Y miro el horizonte por encima del hombro;
ahora soportaré lo que traiga
el mundo para mi escarnio
.

Ha resultado tristón, como siempre. Lo titularé "Reto". ¿Llegaré alguna vez a rozar la belleza? Cada vez creo que soy más torpe, pero en fin, seguiré intentándolo. Lo he pasado a limpio en el ordenador, aunque siento que la poesía pierde algo al convertirla en un archivo de texto. Tonterías mías.

Jueves, 4:37
Esta noche apenas puedo dormir. Y precisamente hoy, que tengo que levantarme pronto para la promoción que hacemos del espectáculo con la oficina de turismo. Me he levantado a beber un poco de agua, y he aprovechado para tomar estas notas. Es curioso cómo pasa la semana y tienes la sensación de llevar apenas un rato en la ciudad. En dos días terminaremos las representaciones, un cortito descanso de tres días en casa y vuelta a la carretera. La próxima plaza tiene mar, y me gusta.

He tomado una pastilla para intentar descansar un rato, que si no mañana estaré hecho una piltrafa. Además de la promoción, tenemos doble función. ¡Qué oportunos! ¿No podrían coordinarse los distintos departamentos? En fin, no nos quejemos de vicio… Que no se me olvide mañana buscar el material para la audición del día 14. Otra vez me invade, al terminar una producción, ese vértigo de quedarte sin trabajo. Otra vez haciendo pruebas, otra vez volviendo a empezar. Miedo, nervios; pero es nuestra vida, y tenemos perspectivas en el horizonte.

Eso está bien.

Facebook Comments
Valoración post
Etiquetas