La actualidad de Valle-Inclán

"Las Comedias bárbaras" y "Divinas palabras", el poder, el analfabetismo y los sentimientos más primarios del ser humano. La burocracia y la corrupción de "Luces de bohemia". La avaricia, la lujuria y la muerte en su "Retablo" y  "Los cuernos de don Friolera"

A lo largo del primer tercio del siglo XX, en España no escasearon los intentos de experimentación dramática, aunque sólo dos autores alcanzaron un reconocimiento universal, Valle-Inclán y Lorca. De entre las obras del primero, "Divinas Palabras" está de profunda actualidad (también "Luces de bohemia", por supuesto, con tantos casos de corrupción). Si el pueblo obedece al final de la obra es porque no entiende el idioma en el que se le está hablando; algo similar podría decirse en estos momentos respecto a los poderes invisibles que dominan el mundo: políticos, económicos e incluso de los medios de comunicación.

"Divinas palabras" es una obra que se encuentra en el tránsito entre el expresionismo y el esperpento, y mezcla con sabiduría la avaricia, la lujuria y la muerte, que más tarde serán sintetizadas por el autor en el mencionado esperpento. La obra pone un punto y final a la secuencia iniciada por "Águila de blasón" y "Romance de lobos", con la esencia del drama “gallego” plasmada en sus páginas.

No puede olvidarse que en esa época (1916), Valle-Inclán escribió su manifiesto estético que denominó "La lámpara maravillosa". En él queda plasmada su Poética, íntimamente unida con la evolución que se estaba produciendo en su obra. Valle-Inclán fue un provocador, pero con un núcleo metafísico de sentido estético. Buscó un estilo personal, la música de las palabras, los espejos mágicos. También fue un poeta radical que persiguió entender el mundo con una mirada diferente.

En las siguientes entradas del blog, abordaremos "Divinas palabras" en profundidad, una obra imperecedera.
 

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