Estimado señor Duràn i Lleida:
Quisiera haberle escrito la presente para comentarle las impresionantes críticas que los distintos medios de comunicación barceloneses han dedicado a "Los Miserables" o el vertiginoso ritmo al que se están vendiendo las entradas para el próximo concierto de "Póker de Voces" el 5 de diciembre en Madrid, pero creo que es urgente que le cuente algo, para que deje usted y también alguna gente de su partido, de utilizar a los andaluces como diana de sus dardos cuando las encuestas les son desfavorables en cuanto a intención de voto.
Entienda que los andaluces se hayan molestado por sus recientes declaraciones en las que afirmó que mientras los agricultores de esa tierra reciben el PER por no trabajar, se pasan el día en el bar.
Como usted sabrá, el PER ya no existe. En su sustitución encontramos lo que se llama Subsidio Agrario. Parece ser que usted desconoce o al menos no ha querido referirse al hecho de que el PER afectaba sólo al 2% de la población activa andaluza. Es decir, que el 98 % no percibe dicha ayuda. Quisiera aclarar también, que para acceder al Subsidio Agrario, supongo que usted lo sabrá, hay que cotizar, exactamente igual que se cotiza para obtener el Paro y que la retribución por dicho Subsidio es de 420 Euros mensuales. Probablemente usted debe gastar bastante más en dietas, aunque ese sería otro tema (no quiero entrar en disquisiciones demagógicas).
Señor Duràn i Lleida, no está bien ni es digno de un político de su altura querernos colar la parte por el todo. Podría parecer, como de hecho he tenido que escuchar en alguna ocasión, que en Andalucía todo el mundo vive del cuento. Ya en el pasado, su amiga Esperanza Aguirre (lo digo porque parece que sus respectivos partidos van a ser socios en el futuro, de hecho en Cataluña ya lo son), ya se refirió al PER como “las migajas que el PSOE lanzaba a los andaluces como si fueran palomitas, para conseguir votos.” Pues bien, para su información le diré que en Andalucía, donde vivo, también hay empresarios de todo tipo, hay médicos, auxiliares administrativos, taxistas, camareros, notarios, abogados, carteros, fontaneros, actores, profesores, dependientes de grandes y pequeños almacenes, hay taxidermistas, costureros, peluqueras, gestores inmobiliarios, arquitectos, peones de obra, policías, pintores, futbolistas, practicantes, restauradores, bedeles, patrones de barco, informáticos… en fin, como ve, no todo el mundo depende del PER, además, les puedo asegurar a usted y al señor Mas, que la mayoría de todos aquellos con los que me relaciono hablan un castellano la mar de rico o como mínimo igual de correcto que en otras partes de España. Porque en Andalucía se habla igual de bien e igual de mal que en cualquier otra parte del país.
Por otra parte me gustaría hacerle ver lo difícil que resulta la situación para los catalanes que vivimos fuera de Cataluña, cuando desde el púlpito, ustedes, los políticos, catalanes como yo, lanzan este tipo de afirmaciones. Piense en los que hemos formado una familia en otros puntos de España o como en mi caso, en Sevilla. Piense que es normal que los Andaluces estén cansados de esa etiqueta que se les ha colgado de holgazanes, vagos, simpáticos, graciosos, borrachos, mal hablados, incultos, catetos, folclóricos…
Piense también, como estoy seguro que sabrá, en la pobreza que ese territorio ha tenido que soportar durante siglos y que ha superado con esfuerzo. Piense que hasta los años ochenta nadie se preocupó del atraso que sufría Andalucía con respecto a otras comunidades del país (también Extremadura. De ahí la creación del PER) Piense en esos jornaleros andaluces a los que se les explotaba sin ningún tipo de complejo, exentos de derechos. Piense en las inestimables ayudas que la España franquista dio a empresas catalanas o vascas, que continuaron después, ya en democracia y que históricamente se han ido negando a Andalucía, donde parecía que el subdesarrollo era un negocio para las ricas economías del norte, que recibían mano de obra andaluza a muy buen precio. Piense en esos cientos de miles de andaluces que con su esfuerzo y su sudor vinieron con sus familias a trabajar a Cataluña y contribuyeron con su tesón a levantar este país. Piense que tal vez usted o personas a las que usted conoce, viven en fincas levantadas por obreros andaluces. Piense, piense, piense…
Entiendo el nerviosismo que hay entre sus filas cuando las encuestas vaticinan una intención de voto a CIU siete puntos por debajo respecto de los pasados comicios pero no crea que exacerbando a la hinchada nacionalista con afirmaciones como las que hizo respecto a la propensión de los andaluces a recibir el PER mientras acuden a los bares a perder el tiempo, mejorará esas expectativas de voto. Tampoco se le puede tachar de xenófobo como algún medio tuvo la osadía de hacer, pero reconocerá que decir que “mientras los agricultores catalanes tienen que dejar de recoger la fruta de los árboles porque no les sale a cuenta económicamente hacerlo otros reciben el PER por no trabajar”, no deja de tener cierto tufillo populista y recuerda a discursos de otra época (vostè ja m’entén, senyor Duràn).
Por el contrario, este tipo de arengas no hacen más que aumentar la antipatía que sienten por nosotros, los andaluces, pueblo amigo al que le debemos mucho de lo que hoy en día es Cataluña. Por no hablar de lo mal que personalmente me tomo estos comentarios pues tengo dos hijos andaluces e infinidad de amigos, tan trabajadores e inteligentes como otros amigos que tengo en Madrid o en Barcelona.
No piensen usted señor Duràn i Lleida (Això no té a veure amb res que hagi dit vostè, senyor Duràn) que los andaluces son eso que en determinados medios y programas de televisión se empeñan en difundir: un lugar plagado de personajes famosos de la prensa rosa, con el folclore como único motivo cultural, el sol y la cervecita fresca… y en Abril, todos a la feria!… no, no son eso.
Justo el día de la esperpéntica boda de la duquesa de Alba, mientras unos pocos sevillanos acudían a ver tan grotesco acontecimiento (hasta una sevillana, descalza, llegó a bailar la atrevida novia, hay que ver el coraje de esta señora…), muchos otros, la mayoría, trabajaban y en general la opinión pública sevillana no veía con buenos ojos la imagen que se estaba dando al exterior de su ciudad. Lo puedo afirmar porque allí estaba yo.
Le aseguro que son muchos los andaluces que están hartos de dar esta imagen tan estereotipada de su tierra y por ello trabajan duramente para demostrar por qué Andalucía es pionera en la investigación médica o en la aeronáutica, por qué desde hace años las carteleras de cines y teatros en España están repletas de actores y actrices andaluces o por qué hay tal cantidad de creativos andaluces en Madrid. Sin ir más lejos, a mí, en Barcelona cada noche, en "Los Miserables", me dirige en la parte musical, Alfonso Casado, natural de Alcalá de Guadaira, músico que por su calidad y especial cuidado con su trabajo, estoy seguro que acabará trabjando más allá de nuestras fronteras (claro, esto no sale en la prensa del corazón, cómo vamos a comparar el éxito de este sevillano director de orquesta con el coraje y el atrevimiento de la feliz novia bailando una sevillana ¡descalza! ).
Ni que decir tiene la cantidad de artistas universales que ha dado Andalucía: Juan Ramón Jiménez, Velázquez, Murillo, Bécquer, Machado, Pablo Picasso, Alberti, Cernuda…
No señor Duràn i Lleida, ni los Andaluces que reciben el PER (en realidad se trata del Subsidio Agrario, ya lo dije antes) pasan sus días en una tasca, ni realmente el PER es el problema.
Propongan ustedes, los políticos, alternativas, trabajen conjuntamente para sacarnos de esta crisis y sumen sus esfuerzos con otras fuerzas políticas y agentes sociales para que esto sea pronto, pero, sobre todo, no vuelvan a faltarle al respeto a nadie, porque en realidad, como dice mi amigo Marc, todos hacemos lo que podemos.
Y en última instancia, si puede ser, recuerde que yo también soy catalán y no quiero sentirme avergonzado de lo que desde mi tierra, a veces, dicen ustedes los políticos.
Sin más, reciba un cordial saludo de un Catalanomadrileñoandaluz.