El pasado 30 de marzo se estrenó en el Teatro María Guerrero "La piel en llamas", una obra dramática escrita por Guillem Clua y dirigida por José Luis Arellano. Está producida por el Centro Dramático Nacional, con escenografía e iluminación de José Luis Raymond. Los actores José Luis Alcobendas, Helena Castañeda, Chani Martín y Marina Seresesky son los protagonistas del montaje.
Frederick Salomon vuelve veinte años después al país en el que consiguió la fama por una fotografía: una niña volando por los aires tras una explosión. Regresa para recoger un premio por su esfuerzo en recuperar la paz, pero la periodista que le entrevista en su hotel, Hanna, no está de acuerdo y debate con él sobre el papel de las Naciones Unidas, la comercialización de la violencia y las circunstancias en que se tomó su famosa fotografía.
En otra habitación, el doctor Brown visita a Ida, cuya hija permanece en coma en un hospital. La mujer ofrece al médico favores sexuales a cambio del tratamiento que podría salvar a su hija. A medida que conocemos más datos, las historias de las dos habitaciones confluyen y revelan una trama sobre los efectos de la guerra y los complejos dilemas que un conflicto bélico obliga a afrontar. "La piel en llamas" está concebida como un viaje tanto emocional como intelectual.
Guillem Clua, considerado una de las voces más innovadoras del teatro catalán actual, ganó con esta obra el Premio de Teatro Ciudad de Alcoy, en 2004. Ese mismo año, la obra tuvo su puesta de largo en la Sala Villaroel de Barcelona, tras lo cual recibió un galardón de la crítica de la Ciudad Condal como mejor texto del año. El CDN recupera ahora un texto vibrante y exigente.