«La sesión final de Freud» o el debate de dos genios, con la guerra de fondo

ESTRENO: El 13 de enero, en el Teatro Español de Madrid

Tamzin Townsend, directora del montaje y Helio Pedregal y Eleazar Ortiz, sus dos protagonistas, han presentado la obra este mediodía en Madrid.

El 3 de septiembre de 1939, al mismo tiempo que las democracias europeas declaraban la guerra a Hitler tras la invasión de Polonia, Sigmund Freud y C.S. Lewis debatían sobre Dios y sobre la vida en la casa del primero en Londres. Así lo ha fabulado el dramaturgo Mark St. Germain en "La sesión final de Freud", una obra que podrá verse del próximo 13 de enero al 22 de febrero en la Sala Pequeña del Teatro Español de Madrid y que se ha presentado hoy en Madrid. Se trata de una producción de UNIR Teatro, la plataforma teatral de la Universidad Internacional de La Rioja que dirige Ignacio Amestoy. Junto a él en la presentación a los medios estuvieron Juan Carlos Pérez de la Fuente, director artístico del Teatro Español y el equipo artístico de la obra: la directora Tamzin Townsend y los actores Helio Pedregal y Eleazar Ortiz.

En "La sesión final de Freud" se narra un encuentro entre dos hombres distintos y con diferentes visiones del mundo. Por un lado, Sigmund Freud, un anciano exiliado físicamente agotado pero que mantiene la lucidez y la energía para defender vehementemente su ateísmo. Por el otro, C.S. Lewis, un hombre de cuarenta años, catedrático de Universidad, literato relevante y recién convertido al cristianismo. En el despacho del primero, los dos hombres mantienen un debate radical pero respetuoso, en el que confrontan dos posicionamientos absolutamente dispares. Ignacio Amestoy, en la presentación, se ha referido a la obra como "una obra de gran contenido, de gran debate. Un duelo de gigantes que forma parte de ese teatro de reflexión que apreciamos todos los que amamos el teatro".

Pero no es una reflexión plúmbea, como se han encargado de señalar los miembros del equipo artístico, quienes han insistido en el importantísimo papel que el humor juega en la obra. Tamzin Townsend, la directora, explicó que "hay mucho humor porque sin humor no se pueden explicar los grandes temas de la existencia. Y eso es lo que hemos buscado en la función". Tanto Eleazar Ortiz, que interpretará a C.S. Lewis y que compartió su felicidad por tener la oportunidad de trabajar con su personaje, "uno que creí que no me iba a tocar nunca, un bueno", como Helio Pedregal, que encarnará a Freud, se mostraron de acuerdo. Pedregal, de hecho, añadió: "Los dos están debatiendo conceptos complejos, y lo están haciendo a fondo, pero se ve cómo se divierten llevándose la contraria. Se ve su disfrute al discutir los temas que tratan".

Y no son temas sencillos. A lo largo de los noventa minutos que dura la función, y mientras va llegando desde el exterior el eco de la guerra que asolará Europa durante los años siguientes, Freud y Lewis exploran algunas de las cuestiones trascendentales que más han preocupado a los hombres: el amor, el sexo, la existencia de Dios, el sentido de la vida… "La obra tiene unos personajes y un contenido muy intensos", explicó Townsend: "Son dos hombres que no tienen nada en común pero que en realidad lo tienen todo en común, porque los dos están haciendo lo mismo: buscar la verdad. Debaten y se discuten, pero se respetan. Hay muchísimo respeto en esta obra". Pedregal ahondó en esta idea: "Son dos personas honestas consigo mismas y con sus principios, y eso los hace válidos para cualquiera. Seamos quienes seamos, pensemos como pensemos, hay algo que siempre es respetable: el rigor y la honestidad para plantear las diferencias. Sólo con esos elementos podemos tener esperanza en el futuro".

El mismo Pedregal se había referido con palabras bellísimas, unos minutos antes, a su trabajo interpretativo: "Como Freud en el momento en que sucede la obra, tengo la cabeza desbordada. He tenido que imaginar qué siente alguien que sabe que su tiempo se ha acabado; de qué modo siente un personaje que se mira las manos y no tiene conciencia de qué va a pasar con aquello a lo que ha dedicado su vida entera". En "La sesión final de Freud", dijo a modo de conclusión, se asiste al debate de dos hombres que "son dos personas sabias, y las personas sabias nunca se ponen serias cuando hablan de lo serio".

Facebook Comments
Valoración post