Querido Enrique:
Son muchas las aficiones que nos unen. De entre todas destacaría nuestra pasión por la música. No en vano solemos hablar de literatura y en ese intercambio de opiniones que se deslizan entre maquillajes, pelucas y vestuario de corte antiguo, ya he conseguido aficionarte a Juan Eslava Galán, una de mis debilidades.
Una de las tuyas, que lo fue mía en el pasado, es David Bowie. Como ya sabes pasé años cautivo de este artista, en especial de la época que va desde "Space Oddity" hasta "Young Americans". No podría quedarme con un álbum en concreto (sabes que en este punto miento un poquito porque conoces mi devoción por "Diamond Dogs") de ese periodo de seis años que fueron, en mi opinión, decisivos por la influencia que la obra de Bowie ha tenido en la historia de la música, no sólo por su calidad musical, también por su profundidad intelectual.
Pero amigo Enrique, no voy a hacer una disertación sobre la amplísima carrera musical de David Bowie. No es esa mi intención. Lo que realmente quiero comentarte, de ahí estas palabras, es algo que no pude decirte ayer, pues tuve que salir disparado a escena, cosa que cortó el hilo de nuestra conversación que giraba entorno a la figura de Mick Ronson, excelso guitarrista que acompañó a Bowie precisamente en la época que indicaba un poco más arriba, cuya participación es fundamental en el sonido de discos como "The rise and fall of Ziggy Stardust and spiders from Mars", tu adorado "Aladin Sane" (donde se encuenta mi tema favorito de Bowie "Time") "Pin Ups" o mi querido "Diamond Dogs", por citar algunos (todo esto ya lo sabes, evidentemente. Sólo se trata de una aclaración para los lectores de este blog que no conozcan al personaje en cuestión).
La cosa es que resulta que este año se cumplen veinte años de la desaparición de este monstruo de la guitarra, que pasó a la historia por su particular sonido, siempre unido a una Les Paul. Eso quería decirte cuando salí escopeteado hacia el escenario, vestido de Bestia a lo Disney. Y de haber podido continuar hablando te habría dicho algo que quedó olvidado entre los pasillos del Teatro Principal de Valencia: La semana que viene traeré para seguir surcando los prolijos caminos de nuestro "Rock fórum" una auténtica joya para sorprender a tus educados y cultos oídos (tarea realmente complicada por otra parte). Se trata de algo que Mick Ronson hizo justo después de su etapa con Bowie. Verás, este mago del Bending, se fue de gira con otro de mi pilares musicales, Bob Dylan, en el tour de 1.975 "The Rolling Thunder Reveu" del que salió uno de los dicos en directo que más me gustan y que se titula "Hard Rain". ¿A que no lo sabías? Pues bien, ahora, mientras voy en un AVE camino a Sevilla en cuyo hilo musical suena la bellísima canción de McCartney "No More Lonely Nights", que seguro que conocerás, me he acordado de lo que no pude decirte. Querido Enrique, te anuncio que en nuestro camerino, después de este merecido descanso que nos vamos a dar hoy, pues el ritmo de funciones es agotador, tenemos una ineludible cita con este fabuloso directo de Dylan titulado "Hard Rain".
En fin, nada más. Dale un beso a Marta de mi parte y disfruta de su compañía.
Salud, amigo Del Portal.