Por razones que no me detendré a explicar ahora, pero que me apunto para otro día, Microteatro por dinero es uno de esos espacios artísticos del Madrid actual que concitan en mí el más alto interés y consideración. Ayer noche acudí a ver parte de la recién estrenada programación de noviembre, a la que dedicaré a continuación las siguientes líneas. Lo haré en el mismo orden en el que entré a verlas, aunque en este caso coincide también, ¡qué casualidad!, con la clasificación de menor a mayor que yo haría de las mismas.
"El lobo de Wall Disney":
Una de las cosas estupendas de este Microteatro por Dinero, es que uno sale de un lúgubre callejón americano, camina dos pasos, y entra de repente en el interior de una luminosa oficina al estilo Wall Street, donde una secretaria practica sexo a lo Mónica Lewinski con un poderosísimo financiero, que resulta ser, nada más y nada menos que el Lobo Feroz.
Con un texto de los hermanos León, el Lobo Feroz, el protagonista de esta historia es una marioneta magníficamente articulada e interpretada por Álvaro Manso, que escondido en una sala tan pequeña, consigue hacer creíble desde el primer minuto la historia de un lobo marioneta y una amante secretaria, que se nos acaba descubriendo como la verdadera Caperucita Roja. Carmen Caballero da vida a esta caperucita madura, que sufre una especie de síndrome de Estocolmo por su perseguidor de la infancia, hoy, muchos años después, aupado a la cúspide del escalafón de poder. Esta obra, que refleja muy sarcásticamente el ambiente de corrupción generalizada de nuestra sociedad, abusa, tal vez, en algún momento, de los gags de las dos historias espejo en las que continuamente se refleja: El lobo del Wall Street y Caperucita Roja. Aun así, este Lobo de Wall Disney articulado magistralmente por Álvaro Manso nos devuelve a todos los adultos el interés hace tiempo abandonado por el teatro de marionetas.