Hay mucho que ver, y muy bueno, este mes en Microteatro por Dinero. El componente musical, auspiciado por una alianza audaz entre la sala y Stage Entertainment, le sienta bien al formato pequeño. De entre el nivel notable de las propuestas, entresacamos dos joyas que no debéis perderos: "Sonaba Rock & Roll" y "Por culpa del amor". Estas son las microcríticas de este mes, sobre los micromusicales.
Sala 1. "En un encender y apagar".
La historia del auge y caída de un artista ansioso por cumplir su sueño funciona en este formato de musical breve. Por varias razones. La primera, un texto ágil de David Ordinas, al que no se le puede reprochar viajar cerca del tópico, pues pocas veces viaja lejos del tópico la realidad que describe.
La segunda, una inteligente puesta en escena, que aprovecha al máximo la escenografía tecnológica para mover al espectador por una historia multiespacial y multivocal sin que el montaje pierda el ritmo.
La tercera, una buena interpretación de Víctor Massán (el titular es Pablo Puyol), que apabulla en la parte musical.
Sala 2. "Por culpa del amor".
Maravillosa. Julio Salguero y Jorge Toledo han escrito una de esas historias capaces de abortar un suicidio con su frescura y su optimismo. Para conseguir divertir y emocionar como esta obra lo hace, se precisa un texto brillante como el que tiene: poderoso, franco, límpido y genial en lo humorístico. Se precisan también dos grandes interpretaciones y los dos actores, Verónica Polo y el propio Julián Salguero, la ofrecen.
Sobre todo ella, que da con la tecla perfecta para interpretar a un personaje tan tierno como exigente. Hacen también un gran esfuerzo físico, pues el apartado musical, sobresalientes y divertidísimas las canciones, les requiere mucho fondo. Una joya indudable.
Sala 3. "De espaldas".
Podría parecer que hay poco espacio para la innovación en la historia chico-conoce-chica, pero Eva Diago intenta darle una vueltecilla de tuerca al asunto en este divertido micromusical: chic-conoce-chica, de espaldas.
Se compone así una bonita historia pre-romántica que no se mete en complicaciones para explicar que entre dos personajes ocurra lo que a nosotros mismos nos pasa a veces, sin que tampoco nos lo expliquemos. Una preciosa y pegadiza canción, y las dos buenas interpretaciones de Sergio Arce y Merche Magro (fantástico él), hacen el resto.
Sala 4. "La novia de Frank".
Mark Nef nos presenta en "La novia de Frank" una relectura tecno-tétrica del mito de Frankenstein. Un embalsamador juega a ser Dios con un cadáver del que acaba enamorándose, en este ejercicio de lírica lúgubre que cuenta con una magnífica puesta en escena.
Confía más en la potencia de las imágenes que en los diálogos, y eso la convierte en especial. Buen apartado musical y buenas interpretaciones (Patricia Arizmendi, José Luis Cereijo y Gonzalo Romero). Gustará mucho a los aficionados a la ciencia ficción, registro oscuridades.
Sala 5. "Sonaba Rock & Roll".
Lo que el rock&roll ha unido, (casi) nada puede separarlo. Acordes canallas son los que mejor le vienen a este montaje brillante sobre la atracción irresistible de una pareja. Guillermo Groizard y Pablo Flores Ezcurra dan a luz un texto potente y fresco, en el que destaca la construcción de dos personajes sencillos pero contrastados y una mirada inteligente sobre los contrastes y la dependencia.
Iván Hernán y Virginia Rodríguez, los dos intérpretes, lo ponen todo de su parte para que la obra crezca, pues dotan de carne sus interpretaciones para poder devorarse el uno al otro. El fantástico apartado musical completa una obra magnífica a la que es imposible decir que no.