La persona que me dio a conocer esta publicación es un actor. Y no es casualidad, adoro a los actores, pobre de mí.
Me considero un espectador, ojalá esa fuera mi profesión. Sentarme en mi butaca y “espectar” todo el rato. ¿Te imaginas? Pero soy incapaz de quedarme sentado, lo confieso, por eso escribo sobre lo que veo. Y hablo, y opino, y me emociono, o me enfado.
Adoro -del verbo adorar, del paganismo y todo eso- a quienes se suben sobre el tablao y recitan su texto –mucho más cuando además lo cantan- y transmiten lo que algún autor escribió alguna vez. Adoro a los autores, a los creadores, a los que tienen las agallas de mostrar lo que hacen. Compositores, pintores, novelistas, blogueros… Y con un nombre así… ¿cómo resistirse a colaborar en un proyecto como este? Solo espero que no me preocupe demasiado lo que Don Latino piense de Max…
Ignoro si estaré a la altura de este selecto grupo, si podré ponerme “tan estupendo” como la ocasión lo requiere. Pero desde luego no os quepa duda de que lo intentaré.
