Cuando me preguntan “¿y tú en qué trabajas?” o “¿A qué te dedicas?" suelo quedarme callada unos segundos, sopesando qué respuesta desea realmente la otra persona.
Puede esperar, simplemente, una respuesta más “tradicional”; o sea, aquélla que identifica una actividad (mejor sólo una) a la que hayas dedicado gran parte de tu vida (normalmente a cambio de una remuneración) o que hayas definido como trayectoria o carrera profesional.
En esos casos suelo responder que soy licenciada en derecho y que llevo gran parte de mi vida trabajando en el ámbito de lo jurídico-público. Intento no dar más explicaciones. No son necesarias.
Pero ocurre, a veces, que mi interlocutor anhela conocer la verdadera respuesta, la que de forma inevitable conduce a un cruce de intereses, de perspectivas y de posicionamientos; en mi opinión, a la tridimensionalidad de uno mismo. Entonces puedo contestar que, sí, que en ocasiones soy jurista, pero en otras me dedico a pintar o a enguarrar fotografías; y en alguna otra me ha dado por dirigir o interpretar piezas teatrales con mayor o menor acierto, y en algunas, tal vez ésta, soy simplemente alguien que desea reflexionar y compartir experiencias en un ámbito realmente estimulante como es el de las artes. El de artes, oficios y cultura. El de la creatividad, al fin y al cabo.
Creatividad que, en mi opinión, se busca, se ejercita, se encuentra y se posee partiendo de un enfoque inter o multidisciplinar, como queráis llamarlo. Por eso derecho, pintura, teatro, fotografía, poesía, nuevas tecnologías son, en realidad, inescindibles. Al menos en mi caso. Por eso me apunto, ilusionada, al reto de reflexionar y de compartir todo lo que me resulte inspirador desde esta plataforma.
Max, no te pongas estupendo, de la mano de su hacedora Esther Santos, me brinda esta oportunidad y, yo, simplemente, no puedo contestar que no.