“Me voy el 30 de julio. No hay contratos blindados ni irregularidades. Soy fiel a mi mismo y me puedo mirar al espejo porque no tengo sombras que reprocharme.”
Hoy, 12 de marzo, a las 16.30h de la tarde en el Teatro Español, Mario Gas comparecía en rueda de prensa para hacer balance de sus ocho años como director del teatro Español y de las Naves del Matadero, y explicar las causas de su final de etapa.
Parecía cómodo, confiado, y sobre todo, muy elegante. No ha habido ni reproches ni recriminaciones. Y ha sido claro con las causas de su salida: “Me voy porque el nuevo Delegado de las Artes ha considerado que era necesario crear y formar un nuevo equipo. Algo totalmente lícito e inteligible. Mi contrato se renovó por cuatro años, pero no hay irregularidades, ni cláusulas de blindaje. Hay una cláusula, la número ocho o nueve, en la que se especifica que, tanto por el contratante, (MACSA) como por el contratado (Mario Gas) podemos anunciar la rescisión de dicho contrato con tres meses de antelación. Todo lo demás, son malos modos, y malas intenciones. Los malos modos están en todos los lados, pero las libertad no se compra con contratos blindados. No vine aquí hace ocho años con una carrera incipiente, queriendo hacerme un nombre. Yo no necesitaba eso. Vine a desempeñar un trabajo que he hecho con todo el rigor y con todo el cariño. Solo espero que el nuevo equipo no deshaga todo lo que hemos caminado. Que no se quemen ahora los campos de algodón. Pretendo que nuestra labor haya sido un eslabón más. Por encima de mi historia personal está mi equipo, el teatro público, la programación de calidad y los ciudadanos madrileños. Me voy con una sensación de riqueza personal (no económica) y profesional”.
Mientras tanto, estos tres meses, mucho teatro de calidad: "De Ratones y Hombres", de Miguel del Arco, con Roberto Álamo, la reposición de "Follies" en junio y julio, y varias propuestas que están en negociación entre ambos equipos.
Mario Gas seguirá en el mundo del teatro, dirigiendo producciones, actuando… ambigüedad frente a su futuro próximo, aunque contundencia a la hora de negar que se presentará a concursos públicos, ante la duda de si dirigirá o no el Teatro Nacional de Catalunya.
Afirma que se siente parte de Madrid, que no dejará la ciudad igual que no llegó jamás a dejar del todo Barcelona.
Como él mismo ha dicho: “Se pueden amar dos ciudades a la vez, y no estar loco”.
Desde teatro a teatro, mucha suerte, Mario.
