Todos los planes por delante (Crítica de “Cordón umbilical”)

CRÍTICA: Abril en el Teatro Lara de Madrid

Un curioso espectáculo de enredos.
Te dejamos nuestra opinión sobre la obra escrita y dirigida por Daniel de Vicente que está representándose durante este mes en el Teatro Lara de Madrid.

Aunque casi nunca salen, lo importante son los planes. Lo dice uno de los personajes de “Cordón umbilical”, la obra escrita y dirigida por Daniel de Vicente que está representándose durante este mes en el Teatro Lara de Madrid. El personaje, quizás el más interesante del elenco, añade que lo son porque en ellos sigue viva nuestra creatividad.

A mí me parece que la de los planes es una máxima aplicable a la propia obra en al menos dos sentidos. El primero es el sentido obvio y por eso todos se han ocupado de él: de Vicente es jovencísimo y su irrupción en el panorama autoral y escénico vendría a demostrar no sólo que tiene talento, sino que en el sector todavía hay gente con olfato para percibirlo y no cerrarle todas las puertas. El arrojo juvenil le multiplicaba los planes entre las manos y alguno, a base de tesón y trabajar mucho, se está cumpliendo.

El segundo sentido en que la idea de los planes puede aplicarse a “Cordón umbilical” es menos evidente, y por eso ha sido menos transitado. Un plan es siempre preliminar, tentativo y bastante perfecto. Un dibujo ideal que el tiempo se encarga de llenar de polvo hasta el olvido o de emborronar si es que se cumple. Lo escribió Reinaldo Arenas: “Todo lo que pudo ser, aunque haya sido,/jamás ha sido como fue soñado”. La realidad siempre traiciona la idea, y “Cordón umbilical” no es una excepción. Seguramente la obra tenía en la mente del autor todas las virtudes que sigue teniendo sobre las tablas; pero casi con toda seguridad, también tenía atributos buenos que en el escenario le están faltando. Lo que quiero decir es que “Cordón umbilical” es irregular, pero también que es casi obligatorio que lo fuera. Sus fallos y defectos son su carne, lo que la descarta como plan incumplido.

A pesar de que las metáforas biológicas suelen salpicar, en “Cordón umbilical” funciona bien. ¿Qué es ese cordón? ¿El amor? ¿Los sueños? ¿La mentira? Todas las posibilidades quedan abiertas por un buen planteamiento inicial: un aniversario de boda, una noticia inesperada y media docena de personajes imbricándose entre sí por medio de la duda.

Alberto Delgado defiende bien las líneas buenas y las cursiladas de Javier, el padre, el que dice lo de los planes. Cincuentón y mediocrizado, tiene una mujer, Laura, que sólo debería haber aparecido por teléfono. Silvia Vivó la sostiene. Doriam Sojo encarna con solvencia a David, un homosexual sorprendido por el embarazo de su novia, Ana, que está apenas esbozada. Mónica Regueiro y Carles Magnet hacen un buen trabajo con Lucía y Alberto, personajes que tienen suficiente trama como para una obra propia.

La escenografía de Ana Garay y la música de Pascal Gaigne contribuyen a una puesta escena tan sobria como eficaz y elegante. Es otro de los puntos a favor de “Cordón umbilical”, además de el de meramente ser y el del planteamiento inicial de su trama. Algunos diálogos sobrecargados dañan la potencia de frases brillantes mezclándolas con lugares comunes y algunos silencios mal gestionados desbaratan el ritmo de las escenas.

Pero eso en este caso son sólo detalles: “Cordón umbilical” es sólo un primer plan y De Vicente tiene capacidad para hacer mil más. Sin que importe tanto la edad como las ganas.

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